El obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, presidirá el jueves 1 de mayo una Eucaristía de acción de gracias con motivo del 40 aniversario de la dedicación del templo del Espíritu Santo de Aranjuez, coincidiendo además con la finalización de sus recientes obras de restauración.
El templo, cuya primera piedra fue bendecida por el Papa San Juan Pablo II en noviembre de 1982 durante su visita a Madrid, fue dedicado oficialmente el 1 de mayo de 1985 por el cardenal Ángel Suquía. Cuarenta años después, la comunidad parroquial celebra esta significativa efeméride con un templo renovado que luce una imagen completamente transformada, fruto de un esfuerzo conjunto de feligreses, técnicos y responsables pastorales.
Las obras realizadas han consistido en la renovación completa de la instalación eléctrica y la iluminación, con un moderno sistema LED regulable que permite adaptar la luz a los distintos momentos litúrgicos y actividades parroquiales. También se ha recubierto el interior con nuevos materiales y se ha pintado por completo el templo, dando unidad estética y armonía al conjunto.
El párroco, José Manuel Ramos Romacho, ha explicado que la motivación principal de esta reforma ha sido “la necesidad de devolver la belleza al templo, como camino que nos acerca a Dios”. Y ha subrayado: “En un templo católico es muy importante que la belleza nos lleve a Dios; los signos y la estética son fundamentales en nuestra vida de fe”.
La reforma ha respetado las intervenciones iniciadas hace algunos años por el anterior párroco, centradas en la capilla del Santísimo y el presbiterio, y ha unificado el conjunto del templo, que anteriormente mostraba grandes contrastes entre zonas reformadas y otras con el hormigón en bruto y ladrillo visto.
Durante las tres semanas que duraron las obras, la vida parroquial no se detuvo. Las celebraciones litúrgicas y actividades se trasladaron provisionalmente a un salón habilitado con esmero. “La parroquia no se ha cerrado ni un solo día, y la respuesta de los fieles ha sido admirable”, asegura el párroco. “Desde niños de catequesis hasta mayores han colaborado en todo: trasladar bancos, limpiar, decorar… Ha sido un verdadero ejemplo de comunidad cristiana unida”.
Como parte de la conmemoración, se ha preparado una exposición con documentos y fotografías históricas, entre ellas el libro de firmas de la dedicación, planos originales y recuerdos de las primeras celebraciones, recopilados gracias al trabajo del seminarista Carlos y de Laura, archivera parroquial.
La jornada culminará con un ágape comunitario, abierto a todos los fieles, como expresión de gratitud y fraternidad. Con esta celebración, la parroquia del Espíritu Santo da gracias por su historia, su presente renovado y su proyección hacia el futuro.