jorjapereacaminodelosaltaresdentroD. Ginés García Beltrán viajará hasta la ciudad de Toledo el jueves 21 de julio para asistir a la apertura de la fase diocesana de la Causa de Beatificación y Canonización de la laica Jorja Perea García, madre del vicario general y para el clero de la Diócesis de Getafe, José María Avendaño Perea.

El acto tendrá lugar a las 12.00 horas, en la Sala de los Concilios y estará presidido por el arzobispo de Toledo, D. Francisco Cerro.

“Mi madre tenía una vida de entrega a Dios, a la Iglesia y a los demás, sobre todo a los enfermos y a los necesitados con quienes compartía todo lo que tenía”, cuenta José María.

Con esta frase se puede resumir la existencia de esta feligresa nacida en Villanueva de Alcardete (Toledo), donde desde temprana edad se puso de manifiesto la fortaleza de su carácter –se quedó huérfana a los tres años– y de su fe. 

Recuerda el vicario general que Jorja “empezaba el día invocando al Espíritu Santo, acogiendo a la Virgen María y haciendo la señal de la cruz a todos sus hijos. Siempre tenía los Evangelios en la mano y en su boca".

Ella solía decir “somos suyos, somos de Dios. Habla bien de Dios y haz todo el bien que puedas”. Esa frase se convirtió en una constante en su vida, incluso ante la muerte de dos de sus hijos, uno recién nacido, Andrés, y otro de 17 años, Jesús. Jorja nunca se quejó ni culpó a Dios. “¿Por qué, Señor? No lo entiendo. Duele tanto que un hijo muera, pero Tú lo sabes todo”, decía. 

Echando la vista atrás a los años vividos en Villanueva de Alcardete junto a su madre, José María Avendaño rememora muchas de las cualidades de su progenitora: su profunda fe, su humildad, el espíritu de acogida, la alegría de la escucha, el perdón, el  trabajo duro en el campo, la vocación de servicio a los demás, en los que siempre veía a Cristo.

Esas cualidades se han difundido entre cientos de personas repartidas por el mundo entero. Son muchos los que se han encomendado a su intercesión, recibiendo el favor pedido: curación de enfermedades, resolución de problemas familiares, laborales o morales... “Ahora, un tribunal investigará los casos y la veracidad de estos favores, pero, con independencia de que llegue a ser santa o no, la vida de mi madre es un ejemplo de que no hay que estudiar mucho para amar de forma excelente a Dios y a todos los que nos rodean”, explica el vicario general.