divinamisericordiaEl segundo domingo de Pascua, 16 de abril, se celebra la fiesta de la Divina Misericordia, una devoción cada vez más arraigada entre los fieles de la Diócesis de Getafe.

Algunas de las parroquias diocesanas ya están organizando las actividades en torno a esta fiesta.

Por ejemplo, la Parroquia San Esteban Protomártir (Fuenlabrada) ha organizado una novena que comenzará el Viernes Santo después de la misa de las 20.00 horas.

El domingo 16 de abril habrá adoración Eucarística de 18.00 a 19.45 horas. En el transcurso de la misma se rezará la Coronilla de la Divina Misericordia y, a las 20.00 horas, se celebrará la misa solemne.

Se ofrecerá a los fieles la posibilidad de celebrar también el Sacramento de la Reconciliación, con sacerdotes que estarán disponibles por la mañana y por la tarde.

En la Catedral Santa María Magdalena (Getafe) se celebrará el domingo la fiesta de la Divina Misericordia con exposición del Santísimo, a las 19.00 horas; el rezo de la Coronilla y misa solemne, a las 20.00 horas.

La Parroquia Nuestra Señora de Butarque (Leganés) celebrará la fiesta de la Divina Misericordia, con un Retiro a las 17.30 horas y la eucaristía presidida por el párroco de San Salvador, Jaime Pérez-Boccherini, a las 19.00 horas.

Para ayudar a los fieles a preparar la fiesta también se ha organizado una novena que comenzará el Viernes Santo a las 15.00 horas (hora de la Divina Misericordia). El resto de los días la novena tendrá lugar a las 18.00 horas. 

Con el fin de celebrar apropiadamente esta festividad, se recomienda rezar la Coronilla y la novena a la Divina Misericordia; confesarse -para la cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la santa Comunión el día de la fiesta de la Divina Misericordia.

En relación a esta fiesta, Santa Faustina Kowalska escribió en su diario las siguientes palabras, que ella experimentó en su interior que Jesús le decía: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea la salvación y el refugio de todas las almas, especialmente de los pobres pecadores. En ese día se abrirán las puertas de mi misericordia. Derramaré todo el océano de mis gracias sobre las almas que se acerquen a la fuente de mi misericordia. El alma que aquel día se confiese y comulgue obtendrá la remisión completa de las culpas y los castigos. Que nadie tema acercarse a mí, aunque sus culpas fueran las más atroces. Esta fiesta, nacida de lo íntimo de mi misericordia, queda confirmada en sus profundidades... Deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua de Resurrección”.