centinelasummerwebMás de 300 jóvenes de toda España participaron este verano en el campamento ‘Summer Centinelas’, que organizó el Ministerio Nacional de Jóvenes (MNJ) de Renovación Carismática Católica de España en el Seminario-Colegio de Rozas de Puerto Real entre el 31 de julio y el 9 de agosto. Su responsable, Pablo Emilio Rull, cuenta cómo fue esta experiencia:

“Tras unos días intensos de oración y formación, llegamos 50 monitores de toda España, que íbamos a servir en el ‘Summer Centinelas’, al Seminario-Colegio de la Diócesis de Getafe, en Rozas de Puerto Real, para juntarnos con muchos jóvenes de todo el país que estaban deseosos de vivir unos días inolvidables ¡Éramos 300 jóvenes centinelas! Y desde el primer día se notó que allí había sed de Dios y apertura de corazón a las sorpresas que Él nos tenía guardadas.

El Ministerio Nacional de Jóvenes (MNJ), junto con muchos sacerdotes de todos los rincones de la península y otros tantos hermanos de servicio, hemos sido testigos del poder de Dios, sanador, liberador y transformador; de la unción de Dios y del derramamiento del Espíritu Santo que hace nuevas todas las cosas.
 
En medio de tanto dolor, desconcierto y fragilidad como hay en nuestro mundo, estos jóvenes han sido tocados por el poder de Dios y han compartido sus sufrimientos más profundos con sacerdotes y monitores.
 
En el MNJ somos testigos de sacerdotes y monitores conmocionados por tanto dolor humano y tanta apertura y acción de Dios, y había momentos donde necesitábamos llorar y acogernos a la misericordia de Dios que todo lo alcanza.
 
Fueron días marcados por la memoria de nuestras hermanas Andrea y María, que este curso fallecieron con el corazón dispuesto y son las primicias de este llamado a ser sus centinelas, y por la enfermedad de Dani, nuestro hermano tinerfeño que con apenas 17 años fue el gran intercesor de todo el encuentro y nos sostuvo desde la cama del hospital. Él nos pidió venir al campamento dos días antes de empezar, aun sin poder moverse, y por él ofrecimos sacrificios, entregas y fatigas durante el desarrollo del mismo.
 
Dani, sabiendo que había mantenido vivo el campamento hasta el final, descansó el último del mismo y fue, totalmente preparado, al abrazo eterno con Papá Dios. Él mismo, que había retado a Dios en los meses anteriores ante tanto dolor y tan poca respuesta, cambió el estado de whatsapp que tenía -"demuéstrame que existes”- por las palabras más bellas que escuchamos en los cinco días de campamento: "TE ENCONTRÉ”. Testigo de Dios, sobran las palabras
 
Acabamos estos días en alabanza, acción de gracias y llenos del Espíritu Santo, para continuar la misión que nos ha sido asignada: ¡ser apóstoles de la efusión del Espíritu Santo!”.