Valdemoroclarisasweb Las clarisas de Valdemoro, además de felicitar la Navidad a todos los fieles de la Diócesis, han elaborado un breve resumen de cinco apartados con los principales acontecimientos de este año dedicado a la vida consagrada. A continuación les ofrecemos su testimonio:
 
Donde hay consagrados hay alegría. El centro de todo el año ha sido el triduo pascual. Compartimos esos días con un grupo de jóvenes que quisieron unirse a nuestra celebración de la Pascua y con D. Fernando Burgaz, sacerdote dedicado plenamente, como buen pastor, a cuidar este pequeño rebaño que el Señor reunió… Como un fruto adelantado del misterio pascual, unos meses antes vivimos el acontecimiento de la muerte de la madre de una de las hermanas, sor Carmen María.

 

La vida consagrada, semilla que se convierte en árbol que extiende sus ramas. La semilla que muere para dar fruto es la imagen que expresa la llamada a extender la propia vida y dar gratis lo que hemos recibido gratis. El 1 de mayo tuvimos la oportunidad de hacer nuestra, una vez más, esta experiencia. Nuestra hermana sor Visitación partía para las lejanas tierras de Mozambique.
Y como el Señor no se deja ganar en generosidad, poco tiempo después tuvimos la inmensa alegría de recibir a una nueva hermana, sor Ana Mª Clara.
A lo largo de este año, hemos podido contemplar, con profunda gratitud a Dios, el crecimiento de nuestra familia con la entrada de tres nuevas postulantes en Soria.

Los consagrados, expertos en comunión. El gozo de ser hermanas es siempre un don que el Señor renueva en nuestras vidas y que, de modo especial, vivimos el 10 de mayo en la toma de hábito de sor Raquel Mª, una joven de Valdemoro.
La riqueza del Espíritu Santo ha dado también un nuevo impulso a la vida de la Fraternidad Franciscana Seglar. El 22 de noviembre celebramos con inmensa alegría la profesión de tres hermanos que, en medio del mundo y en su vida cotidiana, abrazaron la forma de vida evangélica al estilo de San Francisco de Asís.

La vida consagrada, expresión del Evangelio. Un momento privilegiado fueron los días de ejercicios espirituales que tuvimos del 25 de octubre al 1 de noviembre, predicados por D. Javier Romero, formador del Seminario de Brasilia.
Hemos continuado las clases de formación. A los temas habituales se ha unido un nuevo curso de Cristología, impartido por el obispo auxiliar, D. José Rico Pavés. Fue para nosotras un privilegio poder recibir de él directamente el contenido de su clara y luminosa exposición de la vida y el misterio de Cristo.

María, modelo e imagen de la vida consagrada. La providencia ha querido que, dentro del Año de la Vida Consagrada, tuviéramos la alegría de recibir una nueva imagen que presidirá uno de los jardines del Monasterio que se ha terminado de acondicionar.
Ponemos todo este año en las manos maternas de María y abrimos con ilusión las puertas de nuestro corazón a este Año Santo de la Misericordia, coincidiendo con el cuarto centenario de la fundación de nuestro Monasterio.

Dad gracias con nosotras a Dios por estos 400 años de presencia de las hermanas en Valdemoro ¡porque es eterna su misericordia! ¡Feliz Navidad y Santo Año de la Misericordia!