kikoweb El domingo 11 de septiembre tuvo lugar la toma de posesión de D. Francisco Lerdo de Tejada Pérez en la Parroquia Sagrada Familia, en Fuenlabrada. El obispo diocesano, D. Joaquín López de Andújar, presidió la ceremonia en un templo abarrotado de fieles que quisieron asistir a este acto eclesial tan significativo y emotivo para todo el pueblo de Dios.
El obispo destacó en su homilía, haciendo referencia a la parábola del hijo pródigo, el corazón misericordioso de Dios. “El Señor quiere este acto bajo el signo de la misericordia”. El hermano menor es reflejo de la nostalgia del amor del Padre, de las personas que se sienten solas. El Padre se muestra deseoso de recibirle con toda el alma. El hermano mayor es aquel que se queda fuera sin comprender el amor de Dios. El Padre sale, no le insulta; intenta persuadirle con paciencia, con amor, con mansedumbre.
Prosiguió el obispo relacionando el ministerio sacerdotal y la parroquia, explicando los distintos ámbitos propios del párroco: la sede presidencial, donde el sacerdote es puesto junto a la cruz de Cristo para presidir la Eucaristía, la comunidad eclesial. La pila bautismal, puerta de la Iglesia y la sede penitencial, el confesonario, donde se ejerce la misericordia, el sacramento de la esperanza y la alegría.
Con el acto de la entrega de la llave del Sagrario –continuó explicando D. Joaquín- se quiere significar el cuidado y atención que el nuevo párroco ha de poner en todo lo relativo a la Adoración Eucarística y la Comunión administrada a los enfermos y necesitados. “Al entrar en el templo que lo primero que veamos sea el Sagrario”.
Terminó su homilía recordando las tres misiones del párroco (Palabra, Sacramentos y guía pastoral) afirmando que éste es vínculo de unión entre unos y otros miembros de la comunidad de modo que todos se sientan escuchados y atendidos, especialmente los que más lo necesiten. El nuevo párroco ejercerá su ministerio en comunión con la Iglesia, el cual “no viene por capricho sino por obediencia”.
Acabada la intervención del obispo tuvo lugar la profesión de fe por parte del nuevo párroco, D. Francisco y la consiguiente toma de posesión de los distintos lugares sacros.
Toda la ceremonia estuvo acompañada por un coro de consagradas, piano, guitarra, pandereta y violín incluido.
D. Francisco, conocido por Kiko, acabó con unas palabras en las que habló de todos los proyectos que tenía: primero hacer la voluntad de Dios, segundo hacer la voluntad de Dios y tercero hacer la voluntad de Dios. Deseoso de amar y servir, escogió como lema la frase de San Pablo: ‘El amor de Cristo me urge’ y expresó su modo sanjuanístico de ejercer su nuevo ministerio: “Para venir a lo que no gustas has de ir por donde no gustas. Para venir a lo que no sabes, has de venir por donde no sabes. Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees. Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres.” (Subida del Monte Carmelo). Se presentó como niño y presentó a la Parroquia como hogar del Padre, casa del pobre y foco evangelizador que transpire por sus muros el Evangelio. Una mención a sus compañeros de viaje (Cura de Ars, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Juan de Ávila, San Francisco de Sales…), y una presentación de la Virgen como Señora del hogar parroquial pusieron punto final a la celebración.