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Con motivo del final de curso, más de un centenar de miembros de la Fraternidad de Comunión y Liberación se reunieron el pasado 15 de junio en Villanueva de la Cañada con el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, en una jornada de convivencia y experiencias compartidas en un ambiente familiar y distendido.

Bajo el lema ‘¿Hay algo que resista el embate del tiempo?’ como hilo conductor del encuentro, la jornada ofreció momentos de una belleza extraordinaria, manifestada en cantos, testimonios y una sincera apertura del corazón de los allí presentes.

Más de 150 personas llegadas desde Brunete, Fuenlabrada, Getafe, Móstoles, Parla, San Martín de la Vega y Villanueva de la Cañada participaron en este encuentro, celebrado en el Colegio Internacional Kolbe. 

Los participantes tuvieron tiempo durante la comida compartida para contar cómo marcha la vida y analizar planes de futuro.

Tras la comida, los asistentes se trasladaron al salón de actos del colegio, donde se celebró una reunión de las que esponjan el corazón de forma irremediable.

Los cantos con los que empezó esta reunión pusieron de manifiesto que la belleza se encuentra en las cosas sencillas.

Y tras esa preparación tan esmerada y propia del movimiento, llegó el turno de los testimonios. Cinco amigos de muy distinta índole compartieron en primera persona aquello por lo que atraviesan y que configura su día a día, respondiendo a la pregunta ‘¿Hay algo que resista el embate del tiempo?’. 

Fueron testimonios de vida no exentos de sufrimiento, dificultades, preguntas y situaciones que hacen cuestionarse la verdad más profunda de la propia vida, así como su sentido y su destino.

 

“Si Cristo está, algo cambia”

Stefano Luca, joven sacerdote responsable del grupo de bachilleres de Fuenlabrada, presentó el testimonio de Anabel Cabello, de 4º de la ESO, que señaló con una preciosa alegría que "no somos mejores que nadie, pero si Cristo está, algo cambia". Además, recordó la importancia de "apoyarnos en una certeza que permite vivir todo con esperanza: la experiencia de vivir con Cristo". 

Anabel explicó que era consciente de la diferencia que había entre ella y sus amigas por haber “descubierto el sentido de las cosas”. “Me preocupa cómo tomar decisiones definitivas, qué hacer para que las cosas bonitas nunca terminen", apuntó. 

Álvaro Medina y María Eugenia García, un matrimonio de Parla, abrieron su corazón y mostraron el gran dolor que les acompaña desde hace ya bastantes meses por una circunstancia familiar y vital que abrazaron desde el principio porque era la manera en que el Señor les pedía caminar ahora. 

"Estábamos de vacaciones en La Masella con el movimiento y nos hablaban de que el Señor nos elige... siempre había pensado que para bien, para cosas alegres", contaron.

 

“Doy testimonio de mi incapacidad para manejar la vida”

La circunstancia familiar y personal de cada uno de ellos se fue recrudeciendo, pero, tras una "tristeza enorme", el Señor les presentó cómo ir dando pasos, encarnándose en rostros de personas que ayudan a seguir en pie. 

"En los encuentros con amigos que nos acompañan, vemos que se pueden dar pasos... No voy a que me solucionen la vida, sino buscando una compañía que me ayude a caminar. Descubro cómo el Señor me quiere, y me quiere... aun en el sufrimiento… Estamos sufriendo, pero llenos de paz. Nada puede darnos esa paz más que el Señor", dijeron. 

"Doy testimonio de mi incapacidad para manejar la vida. ¿Qué resiste el embate del tiempo? El Señor", concluyó María Eugenia.

 

“Tengo los mejores amigos del mundo”

Por último, Javier Calavia, sacerdote de Getafe que acaba de celebrar el 46º aniversario de su ordenación, reflexionó sobre su propia vida atendiendo a su infancia y al papel decisivo de su madre en su vida de fe, antes y ahora. 

"Todas las circunstancias de la vida son una ayuda para crecer en el afecto a Cristo. No restan, sino que incrementan la fe. Me parece extraordinario que pueda haber este reconocimiento de Cristo, reconocimiento de la fuente última que nos une. Reconocer el gozo reconociendo que es Él quien nos sostiene y nos llena de gratitud, fuerza y esperanza", destacó. 

 

“No somos masa sino pueblo”

Para concluir el encuentro, el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, puso el broche de oro al encuentro.

"¿Hay algo que resista el embate del tiempo? Sí, hay algo. Es el Amor. No el amor cosificado, sino el que se vive. El Amor para nosotros tiene un nombre y tiene un rostro: Dios y su hijo Jesucristo, al que podemos ver, tocar y experimentar", señaló. 

D. Ginés se refirió al cardenal Angelo Scola, cuando decía que "Jesucristo es contemporáneo nuestro".

"Cristo no es doctrina, ni moral, ni idea... Nada de eso cambia a una persona. A una persona la cambia otra; el encuentro con otra persona. En el amor es muy importante el abrazo, sentirse abrazado... Que me interese el ‘y tú, ¿cómo estás?’. Yo, contigo; no importa dónde, cómo o cuándo. No somos masa, sino pueblo... Todo esto también resiste el embate del tiempo", añadió el pastor diocesano. 

Tras estas intervenciones, los presentes fueron plenamente conscientes de que el cristiano está llamado a una vida plena, a una vida con mayúsculas, cuyo único cumplimiento es responder a Cristo con un sí en las circunstancias que se nos ponen delante. 

 

 

 

Patricia González.- GETAFE