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El obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán, presidió en la noche del 7 de diciembre la Vigilia de la Inmaculada en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles.

Estuvo acompañado en el altar por el vicario general moderador de la Curia, Javier Mairata, los vicarios episcopales, el rector del Seminario Mayor, el canciller, el vicecanciller y varios sacerdotes.

Además se trasladaron hasta el Cerro varios centenares de fieles que quisieron demostrar su amor a la Virgen, primero en el canto del Akathistos, presidido por el vicario de Apostolado Seglar Jaime Bertodano, después en el rezo del santo Rosario, presidido por el vicario general Javier Mairata, y por último en la Vigilia.

El prelado en su homilía de la Vigilia quiso invitar a todos a seguir el ejemplo de María “que elevada a los cielos goza de la Gloria de Dios, desde donde nos invita a llevar una vida santa”.

Además, haciendo alusión a los tiempos que estamos viviendo tan marcados por la pandemia y el sufrimiento, D. Ginés quiso que todos los asistentes volvieran sus ojos a María: “refugio de los pecadores y nuestro amparo”.

“María es el auxilio de los cristianos y la abogada de todas las causas” prosiguió García Beltrán y continuó: “la que cura las llagas, los sufrimientos y todos los dolores de la humanidad”.

La celebración, que transcurrió en un clima de silencio y devoción a María, siguió todos los protocolos marcados por Sanidad en cuanto a distancia, uso de mascarillas y gel desinfectante.