Doscientos jóvenes de la Diócesis de Getafe han peregrinado en dos tandas a la recientemente restaurada Ermita de Nuestra Señora del Roble, patrona de Cenicientos, durante el fin de semana del 24 y 25 de abril.
El sábado 24 de abril peregrinaron los jóvenes nacidos entre 2003 y 2006 y el domingo 25, los nacidos entre 1991 y 2003.
La peregrinación, organizada por la Delegación diocesana de Juventud, en un principio tenía como destino Guadalupe , pero las condiciones sanitarias que han mantenido el cierre de las provincias de Extremadura, han obligado a activar un plan distinto, más cercano, y que ha llevado a los jóvenes hasta Cenicientos, localidad diocesana perteneciente al arciprestazgo de San Martín de Valdeiglesias.
Los peregrinos realizaron la marcha a pie desde Cadalso de los Vidrios hasta Cenicientos disfrutando de la naturaleza hasta que llegaron a la Ermita de la Virgen.
Los jóvenes han estado acompañados por el obispo diocesano D. Ginés García Beltrán, por el delegado y subdelegado de Juventud, Juan Gabriel Muñoz y Miguel Luengo, y algunos sacerdotes de las parroquias de origen de los peregrinos.
El obispo diocesano tuvo para ellos palabras de aliento y esperanza en las celebraciones que presidió en la Ermita, tanto el sábado como el domingo.
Después de la eucaristía todos juntos comieron en el colegio seminario de Rozas de Puerto Real, donde también pudieron escuchar una interesante catequesis formativa el sábado y trabajar por grupos y mantener una charla con D. Ginés, el domingo.
El prelado estableció con los jóvenes un interesante y enriquecedor diálogo que tuvo como referencia un texto del papa Francisco sobre el ‘Si de la Virgen’ extraído de la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá del año 2019.
Juntos reflexionaron sobre la importancia de decir sí al Señor y el obispo les instó a no tener miedo a seguir Su voluntad.
También hablaron de cómo reconocer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros y de cómo perseverar en Su presencia, en la vida cotidiana, más allá de los momentos de oración.
También les invito a ver cómo “el Señor hace nuevas todas las cosas” y renueva el corazón de cada hombre que se acerca a Él.
Los jóvenes volvieron alegres y contentos a sus hogares después de la jornada vivida en Cenicientos junto a sus pastores y con el deseo de, en un futuro, realizar la peregrinación al Monasterio de la Virgen de Guadalupe.
