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La Diócesis de Getafe celebró una eucaristía el pasado sábado 13 de noviembre en la Catedral Santa María Magdalena con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres y bajo el lema ‘La pobreza mata’.

Estuvo presidida por el vicario episcopal para la pastoral caritativa y social, Aurelio Carrasquilla y concelebrada por el delegado de Pastoral Penitenciaria, Pablo Morata, el de Migraciones, Fernando Redondo y el religioso de los Hijos de la Caridad y miembro de Confer, José Miguel Sopeña, acompañados por Juan Gabriel Muñoz, vicario parroquial de la Catedral, que hizo de maestro de ceremonias.

Junto a ellos participaron en la celebración el delegado de Cáritas, Jesús de Santos, el director, Enrique Carrero y muchos miembros de las áreas que  componen la vicaría de pastoral social: Cáritas, Pastoral Obrera, Migraciones, Penitenciaria, Pastoral de la Carretera y de la Salud.

A ellos se sumaron los integrantes de la Escuela de Doctrina Social de la Iglesia, de la Plataforma de la Iglesia por el Trabajo decente y los trabajadores de las Residencias.

La misa comenzó con una monición de entrada que situó a los asistentes en la celebración de la Jornada Mundial de los Pobres: “el papa Francisco ha querido que este año resuenen en nuestra conciencia las palabras de Jesús en el episodio de la unción en Betania: ‘a los pobres los tenéis siempre con vosotros’ (Mc 14,7)” e invitando a acoger a los hermanos que sufren siguiendo el ejemplo marcado por Jesús:  “que nos muestra el rostro del Padre, misericordioso y cercano a los pobres, y sigue presente y cercano en sus personas y en sus vidas, en sus sufrimientos e indigencias, en las condiciones tantas veces inhumanas en las que se ven obligados a vivir” .

El vicario episcopal, Aurelio Carrasquilla, en su homilía, también recordó esa presencia amorosa de Cristo en medio de todos los que sufren invitando a que “nuestras comunidades sean mesas para compartir”.

“La Iglesia no hace beneficencia sino la caridad del amor, de escuchar, de hacer al otro protagonista de su historia” aseguró, añadiendo “caridad es amar, promover levantar al pobre de su postración”.

“Hay personas que han venido pidiendo ayuda a Cáritas y luego vuelven para compartir lo que han recibido y quieren colaborar” recordó Aurelio pidiendo la creación de espacios “para que todos puedan compartir” y manifestando su deseo de  “crear puentes para que los descartados cuenten en nuestra sociedad”.

Refiriéndose a la Jornada Mundial de los Pobres Carrasquilla expresó “este día tiene que ser un día de redescubrir, escuchar, compartir, poner ante el altar a las personas que tenemos en el corazón, a las situaciones con difícil solución que nos hacen sentirnos impotentes…  sabiendo que lo que no puede hacer este mundo si lo puede hacer el Amor”.

Después de la Comunión los asistentes salieron a la plaza de la Magdalena, donde hicieron un círculo de silencio y el delegado de Cáritas, Jesús de Santos, leyó  un comunicado para visibilizar la jornada y concienciar a la población sobre el problema de la pobreza.

De Santos recordó el mensaje del Papa Francisco para esta jornada destacando que “luchar contra la pobreza no significa tratar de aliviar nuestra conciencia dando alguna limosna, sino más bien de contrastar la cultura de la indiferencia y la injusticia con la que tratamos a los pobres”.

“Los pobres no pueden ser sólo los que reciben, tenemos que descubrir que es lo que nos están dando, muchas veces más de lo que ofrecemos” señaló.

“Además, los pobres nos evangelizan porque nos permiten redescubrir a los predilectos del Padre y por lo que vamos a ser juzgados” subrayó, añadiendo que este año especial de la Sinodalidad todos estamos implicados en esta tarea, llamados a “caminar juntos”.