24/06/2025. El sábado recibió la ordenación diaconal en la iglesia de Santa María de Villaviciosa de Odón junto a otros dos compañeros del Seminario Nuestra Señora de los Apóstoles de Getafe.
Carlos Herrero, de 29 años, relata que “soy hijo único y mis padres al principio les costó”, afirma en una entrevista a la diócesis sobre su vocación. “Es cierto que ahora están felices, pero en su momento la idea de que su único hijo se fuera de casa, deje unos estudios a la mitad, el no tener nietos…”, explica.
Sin embargo, “cuando me han visto evolucionando en el seminario, perseverando y feliz” al final se han dado cuenta de que “ese hijo va a ser para Dios”. “Y así ha sido, gracias a Dios, felices mis padres, feliz yo, mi familia entera feliz, entonces, fantástico. Fue un proceso, yo lo llamo de tira y afloja con el Señor”, dije Carlos al que todo el mundo llama cariñosamente Carloncho.
En sentido, cuenta que “no me planteé la vocación hasta los 17 años, era catequista en mi parroquia, también empecé a ser monaguillo con 17 años y todo empezó en una misa de diario. Saliendo de Misa me viene una señora mayor de mi parroquia y me dice: ‘Carlos, ¿tú te has planteado ser sacerdote?’ Pero yo dije que no, porque yo tenía mis planes hechos ya de vida. Quería formar una familia cristiana, casarme, ser profesor de historia y servir en la Iglesia como un laico”
“Pero es cierto –continúa– que esa pregunta se fue repitiendo. Primero empezó por esta señora, luego empezó por gente de mi parroquia. Yo al principio me resistía porque pensaba que los curas eran llamados porque el Señor se le aparecía entre nubes y decía: ‘Fulanito, yo quiero que seas sacerdote’. Yo dije que hasta que no ocurriera eso, yo en principio veía que no me llamaba el Señor”.
Sin embargo, “es curioso que esa pregunta se fue repitiendo en mi familia, a través de mis amigos, a través de amigos que ni siquiera son creyentes, incluso en la universidad, en la facultad, amigos míos que incluso algunos no están bautizados me decían: ‘tú vas a ser sacerdote’. Y eso me obligó a parar. Es decir, tenía mis planes hechos, pero ¿qué planes tiene Dios para conmigo? Y a través de mi parroquia, del testimonio de los sacerdotes de mi parroquia, que me fueron ayudando con el discernimiento, fueron introduciéndome en la vida de parroquia, me di cuenta de que, por ejemplo, no sabía estar en misa sin estar ayudando en el altar, sin ser monaguillo”, asegura.
“Luego ya te das cuenta de tu vida, el ser hijo único, que dices: ‘¿cómo me va a llamar a mí que soy hijo único?’ Pues me quiere para Él. Y cuando te das cuenta de ese gran amor que te tiene, lo único que puedes hacer es fiarte y dar el paso”.
La historia de Carlos Herrero continúa en el siguiente vídeo:
Continúa informado en:
• Instagram: @diocesisdegetafe
• TikTok: @diocesis.de.getafe
• Twitter: @DiocesisGetafe
• Facebook: www.facebook.com/diocesisdegetafe
• YouTube: www.youtube.com/@getafediocesis