27/07/2025. Miles de jóvenes de la diócesis han comenzado ya su peregrinación al Jubileo en Roma y su primera parada ha sido en la Sagrada Familia de Barcelona, donde han celebrado una Misa que ha presidido el obispo de la diócesis, Mons. Ginés García Beltrán. Junto a ellos también han participado los jóvenes de la diócesis de Córdoba.
“La verdad es que me impresiona el celebrar la Eucaristía aquí con vosotros en esta tarde, en este templo extraordinario, magnífico” pero “si me impresiona celebrar en este templo, me impresiona mucho más celebrar con vosotros”, comenzó diciendo en la homilía.
“Ver esta Sagrada Familia llena de jóvenes que quieren responder a la llamada del Señor, que quieren responder al don de la fe; que se han puesto en camino, en un camino de esperanza para simbólicamente llegar a Roma, la ciudad de Pedro y Pablo, para encontrarnos allí con tantos jóvenes del mundo y encontrarnos para el que es símbolo de la unidad de la Iglesia, de la certeza de la fe, que es el Papa León XIV. Por eso, queridos jóvenes, es una alegría estar aquí celebrando este comienzo de la peregrinación que vamos a hacer a Roma”.
El obispo saludó cariñosamente a los jóvenes cordobeses y a su obispo y a continuación, sobre el Evangelio de este domingo afirmó que “es una llamada preciosa a no perdernos nada, a no hacer solo este camino, esta peregrinación, como una actividad de nuestras delegaciones, como una actividad de la pastoral juvenil de nuestras diócesis, sino poner en ello, en esta peregrinación, todo lo que somos”.
“Mirar, escuchar, dejar que la experiencia de lo que vamos viviendo, de lo que vamos a ir viviendo a lo largo de estos días, llene nuestro corazón. No pasar de largo” porque “muchas veces, queridos hermanos, pasamos por la vida de largo”, advirtió.
En este sentido, subrayó que “decimos que vivimos, pero muchas veces lo que hacemos tantos jóvenes es sobrevivir. Pasar por la vida por encima, sin implicarnos, sin sumergirnos, y hoy parece que proféticamente el Señor nos está diciendo: ‘Dichosos vosotros porque veis, dichosos vosotros porque oís porque muchos, como vosotros, quisieron ver y no vieron quisieron escuchar, oír, y no oyeron’”.
“Estoy seguro de que el Señor tiene algo grande para cada uno de vosotros en esta peregrinación. Yo no sé lo que el Señor tiene para vosotros, pero estoy seguro de que el Señor tiene algo importante para ti”, sostuvo.
“No te lo pierdas, cuando vuelvas a Getafe o cuando vuelvas a Córdoba, no llegues como te fuiste. Deja que el Señor te sorprenda, deja que el Señor te interpele. Deja que el Señor te hable y tú escúchalo. Y abre bien los ojos para ver tantos signos, tantas manifestaciones de su amor, de su bondad, de su grandeza” pidió a los jóvenes.
García Beltrán recordó que el Jubileo convocado por el Papa Francisco está dedicado a la Esperanza: ·la esperanza se teje, la esperanza se construye de confianza. Uno de los grandes males de nuestro mundo, uno de los grandes pecados del hombre de hoy es la falta de confianza. ¿En quién confiamos?, ¿en quién podemos confiar? Por eso la Esperanza se hace de confianza”.“Si yo no tengo confianza, no puedo esperar. No tendré capacidad de esperar. Y junto a la confianza, que es un nombre de la fe, está también la humildad. La humildad para dejarse sorprender por el Señor, para dejarse hacer por el Señor, como la arcilla en manos del alfarero. Dejarnos hacer por el Señor”, expresó.
Desde la Sagrada Familia, continuó: “Puede ser que muchas veces nos duela aquello que el Señor quiere hacer con nosotros. Pero el camino de la esperanza solo se hará a través del camino de la humildad”.
En su opinión, la peregrinación “tiene que ser también un camino penitencial”, “un camino de vuelta al Señor, de conversión al Señor”. “Ábrele al Señor las puertas de esa habitación que tienes cerrada en tu vida y que te da miedo abrirla porque a lo mejor ni siquiera te perdonas a ti mismo. Ábrele la puerta al Señor y verás cómo brota la esperanza. Porque la esperanza produce vida. Porque la esperanza es todo lo contrario de un cementerio”.
“La esperanza es la vida –siguió– y el último hilo que teje la esperanza junto a la confianza, junto a la humildad, es el amor. El amor”.
“¿Por qué? Lo dice San Pablo en ese lema de este año jubilar: ‘La Esperanza no defrauda’. ¿Por qué no defrauda la esperanza? Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”, dijo.
Antes de concluir recordó que este domingo se celebra la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores y destacó la importancia de los abuelos de Jesús, San Joaquín y Santa Ana cuya fiesta se celebró este sábado 26 de julio. “Nos invitan a mirar la importancia que tienen los abuelos, que tienen los mayores. Yo no sé vosotros, pero yo aprendí a rezar mucho antes de ir a la catequesis y aprendí a rezar de mis padres, por supuesto, pero también de mis abuelas, que me enseñaron a rezar y me hablaron del Señor”, reveló a todos. “Y para vosotros, los de Córdoba, sobre todo, también me enseñaron a valorar y a querer la fe del pueblo, la fe popular, esa fe que nos transmitieron y que ahora somos nosotros los que somos depositarios de esa fe y tenemos que transmitirla a los demás”, añadió.
“Por eso damos gracias a Dios, por esos antepasados de bien de los que nos hablaba la primera lectura. Vamos a tener presente a tantas personas mayores, a tantos abuelos. Nuestros abuelos, unos viven, otros ya están con el Señor. Vamos a tener presente a tantos abuelos que viven en residencias y que no tienen el cariño, nadie los visita. A tantos mayores que viven solos en sus casas y no reciben el amor y el cariño de nadie. Hoy en este día, en el comienzo de nuestra peregrinación, vamos a tenerlos muy especialmente presentes”.
Por último, puso “bajo la protección de la Virgen María, la Madre de la Iglesia, nuestra Madre, esta peregrinación que ahora emprendemos”. “Le pedimos a la Virgen que venga con nosotros, que haga el camino a nuestro lado, que como ella sabe hacer y esa es su misión, nos lleve a Jesús para ver, para escuchar, porque somos dichosos, porque somos privilegiados”.
“Y ponemos también esta peregrinación bajo la protección de nuestros santos, de los santos de nuestras iglesias particulares de Getafe y de Córdoba, que ellos también vengan con nosotros en este caminar”, terminó el obispo.