29/09/2025. El obispo auxiliar de la diócesis de Getafe, Mons. José María Avendaño, presidió en la tarde del domingo 28 de septiembre una solemne y multitudinaria Eucaristía en honor de San Simón de Rojas, copatrono de Móstoles, en la Ermita de Nuestra Señora de los Santos.
Estuvo acompañado por el arcipreste, Fernando Gallego y un gran número de sacerdotes del arciprestazgo, así como por los miembros de la Corporación Municipal, de Hermandades y Cofradías y un buen número de fieles devotos del santo.
En su homilía, Mons. Avendaño expresó su alegría por la gran asistencia y destacó el cariño y la fe con los que el pueblo sigue honrando a San Simón de Rojas. "Su vida fue un testimonio luminoso de lo que significa permanecer en el amor de Cristo", señaló.
Basándose en el Evangelio del día, el obispo centró su predicación en el mensaje del amor cristiano y su dimensión concreta en la vida cotidiana. "El mandamiento de amar no es una carga pesada; al contrario, es fuente de gozo", afirmó. Y añadió: "La verdadera alegría no viene de las posesiones, del éxito o del reconocimiento. La alegría cristiana brota de saberse amado por Cristo y de vivir para amar como Él amó".
A lo largo de su mensaje, Mons. Avendaño puso a San Simón como modelo de vida evangélica, destacando su radical entrega a los pobres, su ternura con los más necesitados y su profunda devoción mariana. "Gastó su tiempo, su energía, su salud en favor de los pobres y marginados", recordó. "Su vida entera fue un martirio de caridad". Por ello, se le conocía como el "padre de los pobres", y su testimonio sigue siendo actual y necesario.
"San Simón entendió que Dios es amor, que la Virgen María es madre y que la caridad es el camino de la plenitud", subrayó el obispo, animando a los presentes a revisar su estilo de vida a la luz del Evangelio. Invitó a todos a hacerse preguntas concretas: "¿En qué pongo mi alegría? ¿En el amor de Cristo o en las seguridades humanas? ¿Estoy dando frutos de amor que permanezcan?".
Además, destacó el valor de la amistad con Cristo, recordando las palabras del Evangelio: "Ya no os llamo siervos, os llamo amigos". Y aplicándolo a la vida del santo mostoleño, añadió: "San Simón vivió esa amistad con Cristo de un modo profundo. Su trato con Jesús Eucaristía, su oración constante, su amor filial a la Virgen le configuraron como amigo de Dios".
Mons. Avendaño también remarcó la entrañable devoción mariana de San Simón de Rojas, quien promovió con fervor la jaculatoria "Ave María", considerándola una manera sencilla pero profunda de permanecer en el amor de Cristo por medio de su Madre. "Hoy también nosotros miramos a María", dijo, "ella, la primera discípula, la que permaneció en el amor de su Hijo hasta la cruz, nos enseña a ser fieles, a permanecer, a dar fruto".
El auxiliar recordó también que esa profunda devoción lo llevó a fundar en Colmenar de Oreja un comedor social “Ave María”, hace 400 años, y que hoy sigue en activo en la calle Jacinto Benavente de Madrid.
Al concluir su homilía, Mons. Avendaño hizo una invitación a todos los presentes a vivir el Evangelio "con sencillez y radicalidad", y a poner "la caridad como centro de nuestra vida cristiana". "Pidamos al Señor, por intercesión de San Simón y bajo la protección de la Virgen María, que sepamos vivir como amigos de Jesús, que sepamos dar la vida cada día en el servicio humilde y alegre a los demás. Así nuestro fruto permanecerá y nuestra alegría será plena", concluyó.
Tras la Misa, los fieles participaron con devoción en la oración a San Simón de Rojas. La imagen de la patrona, Nuestra Señora de los Santos, regresó a su camarín y se ofreció a los presentes la posibilidad de venerar la reliquia del santo, como colofón a una jornada marcada por la fe, la tradición y el amor a los más necesitados.
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