
04/10/2025.
Comunión, sinodalidad, misión, envío, conversión o misericordia, han sido algunos de los conceptos que se han escuchado y celebrado en la Jornada de inicio de curso celebrada en la mañana del sábado 4 de octubre en la Basílica del Sagrado Corazon de Jesús, en el Cerro de los Ángeles.
El encuentro ha empezado con la introduccion del periodista Álvaro de Juana, delegado diocesano de Medios de Comunicación, quien ha resumido los diferentes momentos de la mañana, y, a continuación, el obispo auxiliar Mons. José María Avendaño ha encomendado a los fieles de la asamblea instándoles a ser "testigos valientes del Evangelio, para llevar luz y esperanza al mundo".
El primer momento fuerte de la mañana ha sido la ponencia del obispo de Solsona, Mons. Francisco Conesa, a quien ha presentado el obispo diocesano, Mons. Ginés García Beltrán, felicitándolo en el día de su santo (San Francisco de Asís), y destacando que " es el referente de la Conferencia Episcopal en el proceso sinodal y en la aplicación del Sínodo".

Mons. Conesa, apoyándose en la Biblia, y en los textos de distintos Papas, ha reflexionado sobre el concepto y alcance de la Comunión y el significado práctico de la Sinodalidad. "
La Iglesia es comunión. El concepto de comunión expresa el ser y la misión más profunda de la Iglesia", ha dicho.
Expresando la importancia de la unidad, el obispo de Solsona ha subrayado que "la comunión es un don recibido del Señor pero amenazado por el pecado". "La comunión se vive en la Iglesia local en la que el obispo es principio de unidad; huid del individualismo y la polarización", ha insistido.
"Estamos llamados a ser constructores de comunión dentro de la Iglesia, sanando heridas, cuidando vínculos y reconstruyendo relaciones", ha añadido.
El obispo de Solsona ha continuado señalando la íntima relación entre comunión y sinodalidad "que es como vive la Iglesia la comunión en la práctica".
"La sinodalidad es hacer camino juntos, a través de la reunión en asamblea; el diálogo; la escucha del otro; la toma de decisiones con corresponsabilidad; con discernimiento en común de la Palabra y con los demás; con trasparencia en la toma de decisiones y rendición de cuentas; siendo una Iglesia abierta para todos, poniendo al servicio de la Iglesia común los dones, carismas y vocaciones de cada uno; potenciando y renovando organismos sinodales", ha remarcado.
En este sentido ha puntualizado que "hay que facilitar la participación de todos los bautizados en la vida de la Iglesia, redescubriendo la importancia del Bautismo, para hacer una Iglesia participativa y misionera, porque la sinodalidad impulsa la misión", añadiendo: "es necesario impulsar la formación en todos los niveles, favorecida desde las parroquias".
"No concibo la vida sin Dios"

Después de la ponencia, la jornada ha transcurrido con la exposición de
tres testimonios de conversion: Inmaculada, Raúl y Antonio, quienes han compartido cómo el Señor ha salido a su encuentro en diferentes momentos y situaciones de su vida, transformándolas completamente.
María Inmaculada Díaz, madre de familia, y enfermera en cuidados paliativos del hospital Rey Juan Carlos Móstoles, ha relatado cómo asistió a una eutanasia que golpeó su corazón con fuerza.
Tras ese hecho "me encontré con Aquel que es motor de mi vida y da sentido a todo". Empezó a acudir a las cenas Alpha acompañada de su marido y sintió "que formaba parte de una familia con la que hoy compartimos nuestra vida".
Su vida cambió y se ordenó a través de los Sacramentos y "hoy no concibo mi vida sin Dios y siento la necesidad de transmitir todo lo que he vivido, de transmitir la fe, la esperanza y el amor", ha subrayado en el encuentro.
El segundo en intervenir ha sido Raul Morales, casado y padre de familia, que vive su fe en la parroquia Santo Cristo de la Misericordia, en Boadilla del Monte. Raúl ha compartido cómo, a pesar de un pasado "mundano", desordenado, y un divorcio, ha podido reconstruir su vida gracias a Dios y a los retiros Emaús "aunque al principio era un poco reticente a ir", y sobre todo, después a la vida de iglesia
"Buscaba a Dios en todo tipo de terapias alternativas y orientales, pero al final ha sido Él quien ha salido a mi encuentro", ha subrayado añadiendo, "me siento perdonado, y tengo paz en mi corazón".
En la actualidad, Raúl, que ahora está casado por la Iglesia, ayuda en todo lo que puede "en la parroquia, en la diócesis o en los retiros".
La juventud es la característica principal del tercer testimonio, el de Antonio Borrego, feligrés de19 años, de la parroquia Nuestra Señora de la Saleta, de Alcorcón. Adicto a la consola, sentía la necesidad de mejorar y ser mejor persona, por eso se apuntó a clase de Religión. A través de la figura de su profesor fue conociendo a Cristo "su amor, su fraternidad", hasta que se decidió a recibir los Sacramentos de Iniciación Cristiana el pasado 19 de abril en la Vigilia Pascual en la Catedral.
La jornada ha terminado con la celebración eucarística de envío de agentes de pastoral, a quienes el obispo diocesano ha bendecido en su misión particular al servicio de la Iglesia.
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