
15/11/2025. Alcorcón acogió la Oración Con El Obispo (OCEO) de este mes de noviembre en la parroquia Inmaculada Concepción. Más de 350 jóvenes de toda la diócesis se dieron cita en el templo para rezar, en concreto, por los cristianos perseguidos.
Después de escuchar el testimonio de una cristiana nigeriana asesinada por su fe, el obispo Ginés García Beltrán tomó la palabra. “Creo que esto es un momento importante para cada uno de nosotros, ponernos a la escucha de la Palabra. Dicen que el primer mandamiento es escuchar, así es”.
El prelado apuntó que “la Palabra del Señor nos ilumina, la Palabra del Señor nos fortalece, la Palabra del Señor nos consuela, la Palabra del Señor también nos interpela”.
Sobre el Evangelio que se proclamó antes de la parábola de la oveja perdida, preguntó: “Yo como pastor de la Iglesia, como obispo, os pregunto a cada uno, porque en el fondo todos somos pastores de los hermanos: ‘¿Tú dejarías todo para buscar la oveja que estaba perdida?’. Hay una lección preciosa, hay varias lecciones preciosas en este Evangelio. La primera es que todos somos importantes para Dios”.
“Dios no se deja encandilar por el número, sino que mira al corazón. Y una sola oveja en medio de las 100, una sola oveja para Él ya es un rebaño. Y esto tendría que elevarnos el corazón”.
“Muchas veces –continuó– cuando mi fe puede tambalearse un poquito, cuando las pruebas, cuando las dificultades me pueden hacer caer un poquito, pensad: el Señor me quiere, el Señor me cuida, el Señor se preocupa por mí. Cuando la vida, cuando el mundo me pone conflicto, el Señor me da paz. Cuando el mundo y la vida pone división, el Señor me llama a la unidad”.
García Beltrán continuó hablando sobre este asunto: “Cuando el mundo, la vida me pone odio en el corazón, deseo de revancha, de venganza, el Señor me pone mucho amor en el corazón, para que no mire como yo miro, sino que mire a través suyo, para que mire como Él mira. Por tanto, claro que Él quiere a todo el rebaño, claro que Él quiere a las 100, pero la que está perdida para Él, es como la única. Somos hijos únicos para el Señor”.
Las heridas, fuente de salvación
El obispo de la diócesis también subrayó la posibilidad de “cambiar” y de “volver”: “es posible ser mejor, es posible ser santos, que en definitiva es la gran llamada de la vida cristiana”. “Con el amor de Dios aprendemos que las heridas también son fuente de salvación, que la prueba también es fuente de salvación si yo sé mirarlo a Él y si yo sé vivir desde el corazón de Cristo”.
“Os invito, en primer lugar, a dejaros mirar por Él, dejaos mirar por el Señor, Él conoce tu corazón, preséntale tus heridas, tus pobrezas, tus debilidades, preséntale lo que eres, tus proyectos, lo que tienes entre manos y al mismo tiempo mirándolo a Él, que no se te olviden los hermanos”.
Sobre los cristianos perseguidos recordó que “hay muchos millones de cristianos en el mundo que no podrían estar reunidos como estamos nosotros aquí esta noche”, es más, “hay muchos hermanos y hermanas que les puede costar la vida por el hecho de creer en Cristo”.
“Hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no necesitan conversión. Vamos a alegrar el corazón de Dios”, “vamos a ponernos delante del Señor para sentirnos unos con Él y así construimos la Iglesia, así construimos nuestra diócesis”.
Ginés García Beltrán continuó con la celebración después de confesar emocionarse al “ver a tantos de vosotros que cada mes dejáis lo que tenéis que hacer, que dejáis lo que os gusta hacer para venir a rezar con el Obispo. ¡Qué afortunado soy yo como obispo, qué afortunada es la Iglesia de Getafe al tener estos jóvenes que se dan cuenta dónde está lo verdaderamente importante, dónde está la esencia de la vida!”.
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