Hola amigos: es tiempo de misericordia, y estamos llamados por Cristo a compartir la misericordia mediante las obras de misericordia espirituales y corporales, que son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales.

¿Cuáles y cuántas son las obras de misericordia? Hay catorce obras de misericordia: siete corporales y siete espirituales.

Las obras de misericordia corporales, en su mayoría surgen de una lista hecha por Jesucristo en su descripción del Juicio Final en el Evangelio de san Mateo.

Y son las siguientes: 1º Visitar a los enfermos; 2º Dar de comer al hambriento; 3º Dar de beber al sediento; 4º Dar posada al peregrino; 5º Vestir al desnudo; 6º Visitar a los presos y 7º Enterrar a los difuntos.

La lista de las obras de misericordia espirituales la ha tomado la Iglesia de otros textos que están a lo largo de la Biblia y de actitudes y enseñanzas del mismo Cristo, por ejemplo, el perdón, la corrección fraterna, el consuelo, soportar el sufrimiento, etc.

Y son las siguientes: 1º Enseñar al que no sabe; 2º Dar buen consejo al que lo necesita; 3º Corregir al que se equivoca; 4º Perdonar al que nos ofende; 5º Consolar al triste; 6º Sufrir con paciencia los defectos del prójimo y 7º Rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.

La clave de las obras de misericordia está en enseñarnos la sabiduría del corazón que es salir de sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado, por ejemplo, junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del hacerse cargo del otro.

Por esto, el papa Francisco nos quiere recordar una vez más “la absoluta prioridad de la ‘salida de sí hacia el otro’ como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual como respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios” (Evangelii gaudium, 179).

De la misma naturaleza misionera de la Iglesia brotan la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve. Así, al salir de sí para ir hacia el hermano, vivimos la esencia del mensaje de Cristo que es la caridad.

Es tiempo de misericordia, ¿te atreves a recibirla y a ofrecerla? ¡Jesús Misericordioso te bendiga y la Virgen Santa te cuide! Amén.