PeregrinacionPorLaVida20241dentroUn año más la Delegación de Familia y Vida y el Centro de Orientación Familiar (COF) invitan a los fieles diocesanos a participar en la Peregrinación por la vida que tendrá lugar el sábado 23 de marzo (víspera de Domingo de Ramos), a las 11.30 horas, desde la Casa de Espiritualidad de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia (c/ Livinio Stuick 1. Cubas de la Sagra) hasta el Monasterio de Santa María de la Cruz. 

Como es ya tradición, el obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán, también se sumará a esta peregrinación.

Destaca el delegado de esta área pastoral, Álvaro Ojeda, que ésta es una peregrinación en la que pueden participar todos los diocesanos y también están invitadas “todas las personas sensibles al drama del aborto y a las manipulaciones de los embriones” para rezar ante la Virgen; no es necesario apuntarse para asistir.

“Nuestra conciencia de defensores de la vida nos lleva a participar en distintas iniciativas a favor de la vida, desde las distintas asociaciones y movimientos, hasta los momentos que la liturgia de la Iglesia nos invita a vivir” añade.

“Incontables son los momentos donde el creyente tiene oportunidad de expresar su compromiso por la vida, desde su inicio hasta el final. En nuestra Diócesis hay un momento especial donde todas las iniciativas cobran un matiz especial de oración y de comunión, y es este” subraya el delegado de Familia y Vida.

Programa de la Jornada

La marcha penitencial comienza a las 11.30 horas con la bendición de los peregrinos que irán rezando el Rosario en peregrinación hasta el Monasterio. Esta marcha se realizará en silencio, rezando y meditando el santo Rosario y celebrando el sacramento de la Reconciliación, con los sacerdotes disponibles para confesión.

 

Al terminar el Rosario y tras un rato de descanso los fieles se reunirán a la entrada de la Iglesia para imponer un nombre a los niños no nacidos, que después se presentarán en la Eucaristía -presidida por D. Ginés- al Señor, pidiendo la intercesión de los santos y pidiendo por cada una de sus vidas y la de sus familias para que tengan el consuelo de Dios.