La Parroquia San Juan de Ávila (c/ Orquidea 5, Móstoles) acogerá el martes 14 de mayo la presentación del Informe de Libertad Religiosa por parte de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El encuentro comenzará con una eucaristía a las 20.00 horas presidida por el obispo D. Ginés García Beltrán.
A continuación, el responsable de Promoción de AIN, José Fernández Crespo, ofrecerá los daros sobre libertad religiosa en el mundo y el sacerdote nigeriano P. Patrick Akpabio ofrecerá su testimonio sobre la persecución a cristianos en Nigeria.
La libertad religiosa enfrenta desafíos significativos en todo el mundo, y es crucial seguir concienciando y defendiendo este derecho fundamental.
El informe destaca la asfixia creciente de los cristianos en el mundo, los ataques terroristas, la manipulación electoral, los ataques al patrimonio cultural de las comunidades religiosas, las leyes anticonversión, las restricciones económicas y demás discriminaciones que afectan sobre todo a los católicos del mundo en distintos países.
En este sentido, África es el continente más violento debido a la expansión del yihadismo.
Por lo que respecta a Nigeria, casi la mitad de la población nigeriana (102,9 millones de personas) son cristianos, pero la mayoría de ellos se encuentran en el sur del país. El norte de Nigeria, en su mayoría musulmán, es donde ocurre la mayor parte de los incidentes contra los cristianos.
Los cristianos en Nigeria, especialmente en el norte, viven bajo una inmensa presión y son aterrorizados por militantes islámicos y bandidos armados. Los ataques suelen ser brutales e incluyen destrucción de propiedades, secuestros, violencia sexual y muerte.
Grupos extremistas islámicos como los militantes fulani, Boko Haram e ISWAP (Estado Islámico en la Provincia de África Occidental) perpetran las masacres. Cada año, más creyentes son asesinados en Nigeria que en cualquier otro lugar del mundo.
Además, los cristianos que viven en los estados regidos por la ley sharía (ley islámica) en el norte de Nigeria también pueden enfrentar discriminación y opresión como ciudadanos de segunda clase. Los conversos del islam sufren a menudo el rechazo de sus propias familias y presiones para que renuncien a su nueva fe.
