¡Hola familia querida!, nos encontramos nuevamente para seguir dialogando en la fe con san Juan Pablo II, quien nos decía en el programa anterior que “Debéis procurar que los inmigrantes arraiguen vitalmente en la nación que los recibe, en la comunidad eclesial que como hermanos los acoge”. Hoy le preguntamos ¿Cuál es el mensaje que tiene la Iglesia para los jóvenes? Le escuchamos:

“Queridos jóvenes: aquellos que al ver a Jesús preguntaban: “¿Quién es éste?”, sólo hallaron una respuesta completa si siguieron sus pasos durante su muerte y resurrección. También vosotros alcanzaréis la comprensión plena del sentido de vuestra vida, de vuestra vocación, mirando a Cristo muerto y resucitado.

Celebrad siempre en vuestra vida a Jesús, acogiendo en vuestros corazones el don del amor de Dios: “Me ha amado y se ha entregado por mi” (Ga 2, 20). Empapados por la fuerza divina del amor, entregadle vuestras energías juveniles.

Guiados por el “sentido de la fe” seguid, al mismo tiempo, la voz de aquello que en vuestra conciencia corresponde a la verdad del hombre y de su dignidad. Así seréis capaces de entender la lógica divina, capaces de superar las pobres razones humanas, y penetraréis en la dimensión nueva del amor de Cristo Jesús.

Sólo acogiendo a Cristo en vuestras vidas podréis “responder a cualquiera que os pida razón de la esperanza que está en vosotros” (1P 3, 15). Sólo acogiendo a Cristo, podréis responder a los grandes y nobles anhelos de vuestro corazón.

¡Jóvenes: Cristo, la Iglesia, el mundo esperan el testimonio de vuestras vidas, fundadas en la verdad que Cristo nos ha revelado! ¡Jóvenes: El Papa os agradece vuestro testimonio, y os anima a que seáis siempre testigos del amor de Dios, sembradores de esperanza y constructores de paz!

“Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 68). Jesús, solo Él, tiene palabras de vida eterna. Acoged sus palabras. Aprendedlas. Edificad vuestras vidas teniendo siempre presentes las palabras y la vida de Cristo. Más aún: aprended a ser Cristo mismo, identificados con El en todo.

¡Venid, jóvenes! ¡Acercaos a Cristo, Redentor del hombre! Es Cristo quien os atrae, es El quien os llama. Y junto a Jesucristo, siempre nuestra Madre Santa María, a Ella os encomiendo.”

Hasta aquí sus palabras amigas que resuenan desde la eternidad hacia lo más profundo de nuestro corazón. “Alcanzaréis la comprensión plena del sentido de vuestra vida, de vuestra vocación, mirando a Cristo muerto y resucitado”. Nos encomendamos a tu intercesión querido papa santo y nos encontramos la semana que viene para seguir dialogando contigo en la fe: san Juan Pablo II. ¡Bendiciones!