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FIESTAS · Los encuentros familiares pueden convertirse en caldo de cultivo de con ictos que hay que evitar

Llega la Navidad, y con independen- cia de cómo la podamos celebrar este año, lo cierto es que nos encontrare- mos con diferentes formas de sentir- la y vivirla. Son fechas donde todos intentamos dar lo mejor de nosotros mismos, pero es cierto que a veces no lo conseguimos.

Tal vez se presenten tensiones en nuestro matrimonio. El compartir más tiempo juntos no es, siempre, todo lo grati cante que esperamos. En algunas ocasiones nos puede lle- var a más desavenencias. En esos mo- mentos es muy positivo re exionar sobre aquellos temas que generan más problemas: ¿dónde y cómo va- mos a celebrar la Navidad?, ¿solos o en familia?, ¿con tus padres o con los míos?, ¿en el pueblo o en la ciudad?...

Es esencial que ambos renunciemos a parte de nuestros deseos para llegar a un consenso y, por tanto, a un bien mayor para el matrimonio. Además, este año debemos aceptar la situa- ción en la que estamos y adaptarnos a ella, evitando siempre el pesimismo tremendista.

Una actitud tranquilizadora

Los encuentros con la familia, aun- que este año vayan a ser mucho más reducidos, también se pueden con- vertir en caldo de cultivo para el con- icto. Intentemos tener una actitud tranquilizadora. Recordemos que no ha sido un año como los demás y, de un modo u otro, todos nos he- mos visto afectados por la pandemia: pérdida de seres queridos, enferme- dad, miedo, ansiedad, resignación, etc. Por todo esto, es un momento perfecto para ahondar en su verda-

Debemos recordar que la Navidad es un momento importante para dedicar a la gente a la que queremos

dero sentido. Es evidente que no hay Navidades perfectas, y menos en un año como éste, pero quizás debemos buscar con más intensidad su esencia y no dejarnos absorber por la publici- dad, las compras, etc.

Todo eso nos aleja de la Navidad y no nos deja ver la enorme alegría que

es vivir la llegada del hijo de Dios a nuestros hogares.

También debemos recordar que es un momento importante para de- dicar a la gente a la que queremos. Siéntate con tu hijo a montar el Na- cimiento; abraza, aunque sea con distancia de seguridad, a tus padres y canta con ellos esos villancicos que animaban vuestra infancia; recuerda a los que se han ido dándoles un sitio especial; tómate un café, aunque sea virtual, con ese amigo o amiga que hace mucho tiempo que no ves...

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