Domingo 15 de noviembre de 2020

“Tiende tu mano al pobre” (cf. Si 7,32)

La Diócesis de Getafe se une el próximo domingo 15 de noviembre a la celebración de la IV Jornada Mundial de los Pobres que este año tiene por lema ‘Tiende tu mano al pobre’.

El vicario episcopal para la Acción Caritativa y Social, Aurelio Carrasquilla, invita a los sacerdotes y fieles de la Diócesis getafense a recordar este día en las parroquias y a redescubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables de nuestras comunidades, a través de la oración comunitaria y el banquete de la eucaristía, como expresión de la mesa compartida en familia.

Carrasquilla presidirá una eucaristía en el Centro Basida (Aranjuez) el domingo 15 de noviembre, a las 12.30 horas, en la que se recordarán las palabras del papa y el significado de esta Jornada.

El santo Padre en su mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres nos pide la proximidad, la solidaridad, el amor con los pobres y solicita que se superen las barreras de la indiferencia a la vez que reconoce que “las graves crisis económicas, financieras y políticas no cesarán mientras permitamos que la responsabilidad que cada uno debe sentir hacia al prójimo permanezca aletargada”.

Al mismo tiempo, al hacer referencia a los meses vividos señala cómo ha visto los múltiples gestos de solidaridad con todos los hermanos que sufren “en estos meses, en los que el mundo entero ha estado como abrumado por un virus que ha traído dolor y muerte, desaliento y desconcierto, ¡cuántas manos tendidas hemos podido ver!”.

El Papa continúa en su carta haciendo un recorrido por las muchas muestras de solidaridad que se han dado no solo con los pobres sino con todos los que lo necesitaban en estos últimos meses: “la mano tendida del médico que se preocupa por cada paciente tratando de encontrar el remedio adecuado. La mano tendida de la enfermera y del enfermero que, mucho más allá de sus horas de trabajo, permanecen para cuidar a los enfermos. La mano tendida del que trabaja en la administración y proporciona los medios para salvar el mayor número posible de vidas. La mano tendida del farmacéutico, quién está expuesto a tantas peticiones en un contacto arriesgado con la gente. La mano tendida del sacerdote que bendice con el corazón desgarrado. La mano tendida del voluntario que socorre a los que viven en la calle y a los que, a pesar de tener un techo, no tienen comida. La mano tendida de hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad. Y otras manos tendidas que podríamos describir hasta componer una letanía de buenas obras. Todas estas manos han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo”.

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