Colmenar

El obispo diocesano, D. Joaquín María López de Andújar, y su auxiliar, D. José Rico, culminaron el domingo 28 de febrero una semana de visita pastoral a Colmenar de Oreja que dejó momentos cargados de bendiciones.

La visita comenzó el lunes 22 de febrero a las 10.00 horas con una eucaristía en el monasterio de clausura de las Agustinas Recoletas, en la que el obispo recordó los tres aspectos fundamentales de su tarea: la unidad de todos los grupos en comunión con la Diócesis y la Iglesia Universal, el servicio a la comunidad y la fortaleza misionera para transmitir la fe recibida.

Ese mismo día también visitó la comunidad de religiosas María de Nazaret y se reunió con el grupo de Cáritas y con algunas de las beneficiarias. Allí, el obispo resaltó la importancia de esta labor, que no consiste sólo en la ayuda económica, sino que va acompañada del acogimiento, la escucha, el acompañamiento… una ayuda inmaterial de infinito valor.

Para terminar el día, rezó vísperas y dialogó con los miembros del grupo Discípulos Misioneros y con los del Consejo Económico.

El resto de la semana fue igual de intensa: celebró una eucaristía en la capilla de la residencia de ancianos San Juan Bautista; visitó a muchísimos enfermos en sus domicilios; se reunió con la Asociación de Empresarios, que le expuso brevemente sus actividades y dificultades, debido a la larga crisis económica que padecemos; visitó el Instituto Carpe Diem, donde fue recibido por el director, por algunos profesores y representantes del AMPA, y por los alumnos, que le escucharon con mucho interés.

También visitó el colegio público Apis Aurelia, donde mantuvo una charla informal con la directiva, con algunos maestros y con representantes del AMPA, y luego pasó a un aula donde se estaba impartiendo clase de Religión. Allí le explicó a los alumnos que los sucesores de los apóstoles elegidos por Jesús son los obispos.

Visitó el Ayuntamiento de Colmenar de Oreja, donde saludó a las autoridades y charló con los trabadores, y se acercó al Centro de Salud, donde saludó a los médicos y a los enfermeros.

Hubo también tiempo para la oración en la iglesia, presidida por el obispo auxiliar D. José Rico Pavés, y para el encuentro con niños y padres de catequesis de distintas etapas, con parejas de novios, con los agentes de pastoral, con miembros de las hermandades y para la visita al Centro Ocupacional de Discapacitados RESCO.

Esta intensa semana concluyó el domingo 28 de febrero con una eucaristía solemne de clausura, presidida por D. José, en la que agradeció la acogida.

El obispo espera que esta visita sirva para reflexionar cómo está respondiendo cada uno a la llamada del Señor, nos alienta a salir a evangelizar a los alejados y a los no creyentes, haciendo de las Obras de Misericordia nuestro manual diario, y nos invita a aprovechar este tiempo especial en el que coinciden el Año de la Misericordia y la Gran Misión por el 25º aniversario de nuestra Diócesis.