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Más de 3.000 personas se dieron cita el pasado 3 de junio en el Cerro de los Ángeles para conmemorar el 25º aniversario del nacimiento de la provincia eclesiástica de Madrid y de la creación de las diócesis de Getafe y Alcalá de Henares, que se celebró con una eucaristía presidida por el arzobispo metropolitano D. Carlos Osoro.
La misa, que tuvo lugar en la explanada del Santuario del Sagrado Corazón de Jesús, fue concelebrada por D. Juan Antonio Reig Pla y D. Joaquín María López de Andújar, obispos de Alcalá y Getafe, respectivamente.
La celebración fue un punto de encuentro para crear comunidad entre las tres diócesis y sirvió también para clausurar el año de la Gran Misión en el que ha estado inmersa la de Getafe, durante el cual, a petición de D. Joaquín, las parroquias han desarrollado diversas actividades evangelizadoras.
Esta ceremonia tuvo lugar el día en que la Iglesia Católica celebraba la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Con esta ocasión se realizó la consagración de la provincia eclesiástica de Madrid al Corazón del Señor.
En la homilía, el arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro, pidió “acoger el latido del Señor”, que es el que necesita la humanidad, para que “la provincia eclesiástica sienta cómo se derrama el amor de Dios”.
Continuó diciendo que “nunca sabremos cómo es el amor de Cristo si no se hace el trasplante de corazón más necesario, el que cambiará la dirección de la humanidad”, para lo cual es necesario “abrir nuestra vida a la suya y alimentarnos del amor de Dios, que nos busca para guiar nuestro caminar por las cañadas con luz y salir de las oscuras, para ir al encuentro de los demás”.
D. Carlos pidió con urgencia “dejarnos hacer el corazón por Jesucristo, para que tengamos uno lleno de misericordia” y que no sea de piedra, sino de carne, para “convertirnos así en discípulos misioneros”.
D. Joaquín López de Andújar habló del deber de “corresponder al amor que Cristo nos muestra, porque el corazón de Jesús traspasado por la lanza está abierto por y para nosotros”.
Tomando como ejemplo una frase de san Juan Pablo II, invitó a todos los presentes a “recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirse con esperanza al futuro”.
El prelado concluyó diciendo que “la Gran Misión ha hecho crecer el ardor apostólico y la trasmisión del gozo del Evangelio”.
A la celebración asistieron autoridades políticas, fieles y cientos de sacerdotes venidos de diferentes puntos de Madrid y alrededores que quisieron participar en el acto, que también contó con la participación del coro diocesano de Getafe.