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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, invitó a los doscientos cincuenta  jóvenes que participaron los días 21 y 22 de abril en la peregrinación diocesana al Castillo de Javier a ser “evangelizadores de otros jóvenes impulsados por el ardor evangelizador de san Francisco Javier”.
Los peregrinos salieron el 20 de abril desde distintos puntos de la Diócesis y se dirigieron a Pamplona (Navarra), donde pasaron la noche.
Al día siguiente iniciaron la marcha a pie desde La Foz de Lumbier hasta hasta Javier, recorriendo 20 kilómetros.
Animados en el trayecto por los sacerdotes que les acompañaban, los peregrinos experimentaron la alegría de la fraternidad y el apoyo de la oración en el rezo del santo Rosario, y cultivaron la paciencia ante las pequeñas dificultades que surgían en el transcurso de la jornada.
En el último tramo hasta el castillo de Javier, el sacerdote diocesano D. Javier Siegrist habló de la vida de san Francisco Javier y de su ardor misionero y animó a los jóvenes a darlo todo por el Señor.
Esa tarde, el obispo D. Ginés García Beltrán presidió la eucaristía, en su primera Javierada con los jóvenes de la Diócesis, e invitó al delegado de Juventud, D. Juan Gabriel Muñoz, a predicar para ellos.
El sacerdote se dirigió a los peregrinos con dos preguntas directas a su corazón. Una de ellas fue la que le hizo san Ignacio de Loyola a san Francisco Javier: “¿De qué te sirve ganar el mundo entero si te pierdes a ti mismo?”. 
Otra fue la que se hacía en el Evangelio del día -“¿Vosotros también queréis marcharos?”-.
D. Juan Gabriel invitó a los jóvenes a reflexionar sobre por qué están en la Iglesia y destacó que el Señor respeta nuestra libertad de elección y nos quiere libres pero también felices.
Por la noche, los jóvenes tuvieron un rato de entretenimiento después de cenar, y concluyeron la jornada con una Hora Santa de adoración ante el santísimo.
El domingo, tras el rezo de laudes y la visita al castillo de Javier, salieron de vuelta hacia Burgo de Osma (Soria), donde D. Ginés presidió la eucaristía.
En esta ocasión, el prelado se dirigió a los jóvenes, a quienes habló siguiendo el Evangelio de Jesús como Buen Pastor.
García Beltrán les instó a ser “pastores” evangelizadores de otros jóvenes con el ardor misionero que habían visto en la figura de san Francisco Javier, cuyos pasos habían seguido esos días.
También puso su mirada en el próximo Sínodo de los Obispos sobre la juventud convocado por el santo Padre Francisco y que estará centrado en el discernimiento vocacional.
En el camino de regreso a casa hubo muchos momentos para dar gracias por todas las bendiciones vividas y recibidas durante la peregrinación.