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El cardenal arzobispo de Valencia, D. Antonio Cañizares, presidió el pasado lunes 18 de enero en la Basílica del Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles, la misa funeral por el eterno descanso del P. Luis Mª Mendizábal, con motivo del tercer aniversario de su fallecimiento. 

Concelebraron D. Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, y el obispo diocesano D. Ginés García Beltrán.

Junto a ellos, una treintena de sacerdotes, varias religiosas de la Fraternidad Reparadora y del Instituto Mater Dei, consagradas de la Fraternidad seglar y decenas de fieles devotos de la figura de este gran impulsor de la devoción al Sagrado Corazón se trasladaron hasta el Cerro de los Ángeles sin miedo a la pandemia ni a los efectos de la nevada y cumpliendo las normas sanitarias anti covid.

El cardenal Cañizares glosó en su homilía la centralidad del Corazón de Cristo en la vida del P. Mendizábal “sacerdote conforme al corazón de Dios, testigo fiel del buen pastor” y destacó cómo su ejemplo sigue siendo necesario para nosotros en este momento histórico. 

“Sólo de esta fuente inagotable de amor que es el Corazón de Jesús, podremos sacar la energía necesaria para amar, para vivir y cumplir nuestra vocación al amor, para llevar a cabo nuestra misión” resaltó el arzobispo de Valencia.

Ese amor al Corazón de Jesús se manifestó a lo largo de toda la vida del P. Mendizábal -indicó el prelado- “el padre Mendizábal nos enseñó que ésta no es una devoción blanda y melíflua. Es una espiritualidad para almas fuertes, para corazones recios que viven de la más vigorosa experiencia que puede darse: la de ser amado por Dios como vemos y palpamos en este Corazón traspasado, de ver todo como don de Dios”.

“Necesitamos abrirnos- como el padre Mendizábal- al Corazón de Cristo, fuente inagotable de gracia y eso nos llevará a caminar por las sendas de la santidad”, destacó el cardenal.

Y el ejemplo de este amor incondicional al Corazón de Cristo, subrayó Cañizares, es necesario “para una renovación de la Iglesia y para tener una vida en comunión con ella”.

“Que Dios, en su misericordia infinita haya acogido junto a sí, al Padre Luis María Mendizábal y para siempre esté junto a Jesús, esté junto al Sagrado Corazón en Quien siempre creyó y a Quién siempre amó, y que, dando gracias a Dios por el gran don de este sacerdote jesuita conforme al Corazón de Dios, nos siga guiando para seguir a Jesús, a su paso junto a nosotros en nuestra vida” concluyó el presidente de la asamblea.