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La Iglesia de Santa María ((Villaviciosa de Odón) acogió el pasado 19 de marzo una  vigilia solemne en honor de San José.

El encuentro, presidido por el vicario parroquial Eliert Jerez, contó con la asistencia de unas 200 personas entre  adultos, jóvenes y niños que acudieron al templo a pedir la intercesión de este santo, ejemplo de humildad, ternura y compasión.

La celebración fue preparada por los jóvenes de la parroquia que recrearon en el altar el taller del carpintero de Nazaret donde se situó su imagen para su posterior veneración.

En el transcurso de la vigilia se compartieron varios testimonios de las distintas vocaciones a las que el Señor llama a sus hijos dentro de la Iglesia.

Una pareja de novios habló de su llamada al matrimonio y de la belleza de su noviazgo; un futuro sacerdote compartió su experiencia vocacional; una religiosa de las Hijas de la Caridad expresó su anhelo por consagrarse a Cristo y por último un joven dio su testimonio de su colaboración dentro de la Iglesia.

A continuación se recibió a los catecúmenos que se bautizarán próximamente en la parroquia, a quienes se entregó el símbolo de la fe (el Credo), y el vicario parroquial ofreció una catequesis explicativa sobre la figura de san José y su ejemplo para los discípulos de Cristo hoy.

“Todos los que seguimos a Cristo estamos llamados a la santidad” explicó Jerez y continuó poniendo a San José y su vida como testimonio de santidad: “todos tenemos vocación a la santidad, la santidad hay que trabajarla y vivirla, hay que esforzarse y, el mejor ejemplo es el ‘Taller de San José’, donde se enseña a trabajar en intimidad con Jesús y María y a trabajar con nuestras manos y modelar el mundo, cada uno a través de su vocación”.

“Tenemos que encontrar en san José el modelo por el cual podemos acceder a Jesucristo en nuestra vida cotidiana, en el silencio, con discreción pero con acción y pasión por hacer la voluntad de Dios” insistió Eliert.

Después de la catequesis se realizó la consagración a San José de todos los presentes para concluir con la adoración Eucarística.