El obispo auxiliar de Getafe y obispo electo de Asidonia-Jerez, D. José Rico Pavés, presidió el pasado viernes 11 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y Jornada de oración por la santificación sacerdotal, una eucaristía en la Basílica del Cerro de los Ángeles, en la que se despidió del presbiterio diocesano.
Después de nueve años como obispo auxiliar de la Diócesis de Getafe, Rico Pavés se mostró profundamente emocionado al decir adiós a sus hermanos en el sacerdocio, y al obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán.
También tuvo palabras para con el obispo emérito, D. Joaquín María López de Andújar, que le acogió a su llegada a Getafe. A todos les dijo: “se me estremecen interiormente las entrañas cada vez que escucho mi nombre pronunciado por vosotros en la Eucaristía”.
“Aunque ya no me nombréis, no dejéis de rezar por mí. Sabéis que yo lo haré siempre por vosotros. No me despido, sino que os agradezco con el corazón en la mano vuestra amistad y afecto. Permitidme se ser siempre, aunque sea in pectore, en el corazón, vuestro obispo auxiliar. Gracias especialmente a D. Joaquín, padre que me ha tratado como hermano. Y a D. Ginés, hermano que me ha cuidado como un padre” subrayó D. José.
En la homilía, D. José desgranó las lecturas remarcando la importancia que tenía la Fiesta del Sagrado Corazón: “hoy el Señor nos abre el misterio escondido desde el principio de los siglos y nos revela la riqueza insondable de Cristo para que lleguemos a abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento (Ef 3, 18)”.
Y también tuvo palabras de cariño y de ánimo para los sacerdotes que celebraban sus Bodas de Oro y Plata sacerdotales.
Este año festejaron sus cincuenta años de sacerdocio: Francisco Armenteros Montiel, Manuel Aníbal González Guzmán, Justo González Meda y Víctor Manuel Pidal Menéndez, y sus 25 años, Juan Pablo Flórez Álvarez, Andrés Klonowski, Ignacio Manresa Lamarca y Artemio Manuel Revilla Martínez.
“Felicitamos de corazón a quienes hoy celebran 25 y 50 años de sacerdocio. Pedimos para ellos que su perseverancia sea testimonio alegre de su fidelidad inquebrantable al Señor. Que encuentren en María Santísima su regazo y descanso, donde renueven su deseo de entrega sin reservas al santo pueblo de Dios” les dijo el obispo electo de Jerez.
“Que no teman las lanzas que traspasan tantas veces el corazón, sino que confíen siempre, cada vez más, en la eficacia sanadora de la gracia de Cristo, de la cual nos ha hecho sus ministros. Que sea amigos entrañables de la Palabra de Dios y sepan servirla con dedicación al pueblo confiado, para que declaren cumplida una y otra vez las promesas del Señor. Que en su voz se reconozca siempre la Palabra que es Cristo mismo” subrayó.
