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Decenas de adoradores se acercaron a rezar unidos el pasado sábado 25 de septiembre en la Vigilia de Espigas diocesana, convocada por la Adoración Nocturna Española en Moraleja de Enmedio, para dar gracias a Dios por el Prodigio Eucarístico ocurrido el 16 de julio de 1936.

La Vigilia se caracterizó por su solemnidad y por el fervor de todos los asistentes. Tras la procesión de banderas y el rezo del santo Rosario por las calles del pueblo hasta la Parroquia San Millán, se celebró la eucaristía presidida por el vicario episcopal de Apostolado Seglar, Jaime Bertodano, y concelebrada por el párroco, Rafael de Tomás.

Bertonado en su homilía habló del misterio de Dios “misterio que nos supera. Lo mismo ocurre en la Eucaristía, es un misterio de fe que nos desborda”, centrándose en tres figuras cuya vida sirve de ejemplo a los cristianos: el beato Carlo Acutis, San José y Dante. 

Carlo Acutis, explicó el vicario de Apostolado Seglar,  era un joven italiano cuya vida “es un testimonio de fe en la Eucaristía, la ‘autopista para el cielo’ que invita al cristiano a ser humilde”.

 “San José es el hombre del silencio que nos invita a la contemplación y la adoración” señaló Bertodano y añadió: “Por último, Dante, fallecido hace 7 siglos, en su Divina Comedia, nos habla del misterio de Jesús en el cielo. Nos anima a ver los signos de Dios en la creación”. 

A continuación,  Juan Antonio Narváez, autor del libro sobre el prodigio eucarístico publicado recientemente, comentó la historia de las Sagradas Formas, “que a pesar de mil vicisitudes se mantienen en perfecto estado”.

Después se expuso el copón con las Sagradas Formas. Debido a la pandemia este año se hizo un solo turno de adoración, con el oficio de lectura y tiempo de adoración en silencio. Rezo del Te Deum y el oficio de Completas.

A continuación los asistentes salieron en procesión por las calles de la localidad: el incienso, la cruz y los ciriales, las ocho banderas asistentes, el copón con las Sagradas Formas y sacerdotes bajo palio, el coro parroquial, adoradores y numerosos feligreses del pueblo. 

En un altar improvisado Bertodano hizo la bendición de los campos, uno de los momentos más emotivos de la Vigilia. 

Esta era la primera vez que salían las Sagradas Formas en procesión por el pueblo, desde que en la guerra civil se trasladaron desde la casa donde se custodiaban hasta la parroquia.

 La vigilia concluyó con la bendición final, un canto a la Virgen, unas palabras de agradecimiento a Dios y a todos los asistentes. Rafael de Tomas comunicó a los feligreses la posible inauguración feliz de un nuevo turno de la Adoración Nocturna, ahora en Moraleja de Enmedio.