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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, presidió el tradicional oratorio de Navidad que se celebró en la noche del 12 de diciembre – domingo Gaudete- en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles, y que este año estuvo enmarcado en el Año de la Sinodalidad.

El oratorio de este año renovaba, después de la pandemia de 2020, el espíritu de alegría y solemnidad con la unión del coro y de la orquesta de la Diócesis “como instrumentos de alabanza y como dones que el Señor ha puesto en manos del hombre”, como se señaló al principio de la celebración, y bajo la experta batuta del maestro Javier Ávila, director de ambas entidades.

Después de la acogida, el sacerdote Pedro Merino, delegado de Liturgia, impartió una catequesis para “adentrarnos en el sentido del Adviento (…) un tiempo que reúne a la multitud de los hijos de Dios dispersos que experimentan ya, en la celebración de la Iglesia y en la catolicidad de la fe, las gracias salvadoras que serán dadas en plenitud, al final de los tiempos”.

Además explicó Merino que “este año al hilo del trabajo sinodal el oratorio se preparó en colaboración con la Delegación de Liturgia y la Vicaría y la Delegación de Apostolado Seglar," centrándolo en la meditación de las denominadas “antífonas de la O, una exclamación que introduce los distintos títulos mesiánicos y cristológicos anunciados en las escrituras”. 

“Estas antífonas son las que reza toda la Iglesia en el canto del Magníficat, en la oración de vísperas de esta última semana de Adviento” explicó el delegado.

Después de la catequesis se fueron sucediendo las mencionadas antífonas en combinación con la música y las voces del coro, que junto a la cuidada iluminación creada con decenas de velas recrearon el ambiente de recogimiento y oración propios de la espera que marca el Adviento.

Hacia la mitad del acto el obispo quiso dirigir unas palabras a todos los asistentes “esta noche en el tercer domingo de Adviento, domingo Gaudete, nos hemos reunido con toda la Iglesia para decir, para proclamar unidos “Ven Señor Jesús”” explicando la belleza de las antífonas de la O rezadas: “nosotros aprendemos, vivimos y experimentamos lo que hemos ido cantando”.

“El Señor viene a nuestra historia cada día para cambiarla, para transformarla” continuó D. Ginés invitando a todos los asistentes a buscar al Señor “que es la llave de la vida, el centro de la casa de Israel, el que abre las puertas del cielo”.

El prelado quiso insistir también en la importancia de la figura de María, sin la cual no hubiera nacido Cristo: “de una mujer que dijo sí a Dios nació el Salvador” y renovó su petición: “ven Señor Jesús, llega al corazón de cada uno de tus hijos, de los que te conocen y de los que no, de los que te aman y te siguen y de los que no te aman”.

Después de la homilía continuó el oratorio “que nos llena de la esperanza de Dios” inundando de música y devoción a todos los asistentes.