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La Parroquia Nuestra Señora de Butarque (Leganés) acogió una eucaristía el pasado domingo 2 de enero para celebrar la aparición de la Virgen del Pilar en carne mortal, en Zaragoza, al apóstol Santiago. 

La celebración, organizada por la Hermandad de Nuestra Señora del Pilar de esta localidad, fue presidida por el párroco de San Salvador, Jaime Pérez Boccherini y tuvo un marcado ambiente festivo.

Boccherini en su homilía destacó el consuelo que ofreció la Virgen al apóstol Santiago en un momento de gran dificultad como era el de la evangelización de España “ante el paganismo reinante en la época”.

Además, describió cómo eran las condiciones morales reinantes en la sociedad: “destrucción de la familia, divorcio y adulterio generalizado, continuos asesinatos entre facciones políticas” y, cómo en medio de ese mundo de oscuridad moral “el Evangelio era una luz que venía a liberar a la sociedad y al hombre”.

“Hoy en día la Virgen quiere animarnos y confortarnos en el testimonio de luz que tenemos que dar los cristianos ante el mundo” insistió Jaime.

En el marco de la celebración de esta fiesta, desde el 30 de diciembre hasta el 3 de enero, una imagen de la Virgen del Pilar permaneció expuesta en el templo de Butarque y decenas de fieles leganenses se acercaron a demostrarle su amor.

 

Historia del acontecimiento

La Basílica del Pilar es una de las más antiguas de España y en su interior se encuentra la columna sobre la cual la Virgen se apareció al Apóstol Santiago durante la evangelización de España en el año 40 después de Cristo, y que es la aparición mariana más antigua reconocida por la Iglesia.

El Apóstol, desanimado por las grandes dificultades que estaba atravesando para evangelizar España pidió una señal y fue entonces cuando se le apareció la Virgen quien le animó a seguir adelante y le hizo la promesa, que todavía se mantiene, por la que mientras estuviera ese pilar en pie, habría verdaderos discípulos de su Hijo en España.

Esta gran devoción se apoya en la tradición porque no hay documentos escritos de esta aparición mariana, que además tiene la particularidad de que cuando la Virgen se le aparece al Apóstol Santiago, ella todavía está viva, pero en Tierra Santa.

Santiago y sus discípulos recogieron el regalo de la Virgen, guardaron esa columna que se convirtió en el centro religioso de esa pequeña comunidad en Zaragoza.