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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el pasado domingo 26 de junio una eucaristía solemne en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, como clausura y acción de gracias por el Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Roma durante la semana del 22 al 26 de junio.

El prelado diocesano estuvo acompañado por el obispo auxiliar de San Juan de Puerto Rico, D. Alberto Figueroa; el vicario episcopal de Apostolado Seglar, Jaime Bertodano, y por el delegado de pastoral familiar Álvaro Ojeda, entre otros.

A la celebración asistieron decenas de familias llegadas desde todos los puntos de la Diócesis que se sumaron esa tarde para recordar que ‘"el amor familiar es vocación y camino de santidad”, como decía el lema del encuentro mundial.

D. Ginés empezó recordando el encuentro de familias en Dublín, celebrado antes de la pandemia del coronavirus y “desde el que han pasado muchas cosas que han alterado la vida, a las personas, incluso a la Iglesia…”.

“Este año el tema ‘El amor familiar es vocación y camino de santidad’ es una llamada del papa a todas las familias para que vean que cualquier estado de la vida cristiana es una vocación y un camino de santidad, porque el carisma que nos llama a la misión siempre mira a la santidad” destacó el obispo.

En relación a las lecturas del día, el obispo señaló, recordando las palabras de San Pablo, que es necesario que “digamos a todo el mundo que la libertad es para el bien; que somos libres en la medida en que hacemos el bien porque solo el bien es camino de libertad”.

“Lo que libera es el amor; haceos esclavos los unos de los otros por amor. Realmente lo que a mí me da la libertad verdadera es el amor, lo que libera es el amor” subrayó.

D. Ginés señaló que el mundo necesita testigos de su amor y pidió a las familias ser un verdadero testimonio de ese amor de entrega, servicio y fidelidad que une a los matrimonios y los hace fecundos: “os pido a vosotros familias que con vuestro testimonio le digáis al mundo que estáis llamados al amor, que estáis llamados al amor matrimonial, al amor familiar. Que estáis llamados a una entrega libre para hacer crecer al otro. Un amor que se expresa también en los hijos, que son fruto del amor de Dios, del que vosotros sois un instrumento precioso”.

”Yo creo que una de las cosas más grandes que pueden hacer un hombre y una mujer en la vida es colaborar con Dios en la obra de la creación” añadió.

En relación al Evangelio, el prelado les invitó a vivir su fe y su vocación con valentía siguiendo el ejemplo de Cristo “queridos matrimonios, queridas familias yo también os invito a que, en esta tarde, renovéis ese compromiso con Jesús de ir a la Jerusalén y digáis que sí a Cristo, quitando las condicionamientos y digáis “Señor te seguiré donde vayas””.

Por último explicó que, en el final de la Eucaristía, los matrimonios presentes se unirían al envío de familias que el Santo Padre había hecho en la tarde del sábado en Roma, recordando que allí la presencia de la Diócesis ha estado muy viva a través de un matrimonio de Pinto –Álvaro Medina (presidente nacional de Vida Ascendente) y Rosario García- que han celebrado sus bodas de oro y han dado testimonio del amor de Dios y de perseverancia en su camino de fe.

 Al final de la celebración intervino el delegado de Familia y Vida de la Diócesis, Álvaro Ojeda, para dar las gracias a todos los laicos, sacerdotes y religiosos, que han acompañado a la delegación en este año, recordando la llamada del papa Francisco a las familias para que sean “guardianes de la vida”.

También quiso subrayar la importancia del documento de la Conferencia Episcopal sobre los mayores invitando a las presentes a que los cuiden y los consideren “riqueza y bendición de nuestras familias”, y otros materiales que la Iglesia posee para ayudar a los matrimonios en su camino hacia la santidad.

Por último anunció la celebración del Año Jubilar de la Iglesia en 2025 y de la próxima jornada mundial de las familias, que se celebrará en 2028 “en las que participarán, junto a D. Ginés, las familias de la Diócesis de Getafe”.

El obispo de Getafe terminó con una bendición especial a las familias de la Diócesis “para que cada familia pueda convertirse en un verdadero santuario de la vida y del amor para las generaciones que siempre se renuevan (…) y dando las gracias por el trabajo de la delegación, del delegado y de las familias que trabajan en la pastoral familiar.