19/06/2025. En apenas unas horas su vida cambiará radicalmente. Enrique Cerrada, de 27 años y procedente de Villaviciosa de Odón, junto a otros dos compañeros del Seminario Nuestra Señora de los Apóstoles, será ordenado diácono en la iglesia de Santa María de esa localidad por el obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán.
Su historia está ligada a la JMJ de Madrid en 2011. “Mi vocación nace, yo diría, de dos momentos. Quizá el primer momento es en la JMJ de 2011, aquí en Madrid, a la cual yo no me apunté, pero, sin embargo, pude asistir a la vigilia de oración con mis padres y recuerdo que aquel momento a mí me impresionó un montón”, ha contado en una entrevista a la diócesis.
“Me impresionó ver tantos jóvenes, de tantos sitios y, sobre todo, cuando comenzó la oración y se expuso al Santísimo. Caí en la cuenta de que era Dios quien estaba ahí. Incluso pensé: ‘es que Dios se ha servido de traer todos estos millones de jóvenes aquí a mi ciudad para que yo me diera cuenta”, asegura. “Quizá –añade– desde ese momento empecé a tener otra conciencia de lo que Dios quería para mí, de mi vida”.
“Empecé a ir más al grupo de amigos de la parroquia, a las convivencias…. En ese ir creciendo en la amistad con el Señor, un año, en una peregrinación a Guadalupe con la diócesis, a principio de curso, mí me encargaron ser uno de los responsables de orden, de la gestión”. En concreto, “te ponen un chaleco naranja, te toca ir de arriba para abajo varias veces”, recuerda entre risas.
Uno de esos días, “cuando llegamos a celebrar la misa, experimenté como que Dios me decía ‘Enrique, si te parece que esto ha merecido la pena, imagínate cuánto más merecería la pena que fuera sacerdote. ¿Qué es una peregrinación comparada con poder hacer presente a Dios en medio del mundo, hablar de Dios a los hombres, llevar el consuelo de Dios, el perdón de Dios, a Dios mismo en la Eucaristía?’. Y con eso fue con lo que el Señor me derrumbó, me cambió los planes y también diría que Dios ha ido confirmando esa vocación”.
Cerrada afirma que “Dios va confirmando esa vocación cada día en el seminario, en los destinos donde se me ha ido enviando, en las parroquias… y con el testimonio de tantos sacerdotes, y sacerdotes mayores con los que uno tiene ese deseo de vivir así.
A poco de la ordenación, destaca que “estos días es muy bonito, porque uno también experimenta cómo en el seminario la familia crece”. “Cuando llega esta noticia, la ordenación, hay mucha gente que se alegra y esto también se vive en casa”, asegura.
“Están siendo días muy bonitos, de muchas llamadas, de muchas personas que te quieren dar ese cariño, esa cercanía, que te quieren acompañar. Es un regalo, la verdad”. Además, cuenta que “en casa lo vivimos con mucha ilusión, con mucha emoción y, como digo, con mucho cariño, con mucho agradecimiento por todos estos años, por todo el cariño, tantas personas”.
La historia de Enrique Cerrada continúa en el siguiente vídeo:
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