21/06/2025. El obispo auxiliar Mons. José María Avendaño, presidió, en la tarde del viernes 20 de junio en la Catedral de Getafe, la misa de acción de gracias por el 60 aniversario de presencia en España de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Concelebraron junto a él, el consiliario de ACN en la diócesis, el sacerdote Gabriel Díaz Azarola, y el clero parroquial: Enrique Roldán y Rubén Herráiz. El vicario parroquial, Javier Ávila, acompañó musicalmente la celebración, junto al coro de la Catedral.
Asistieron gran número de voluntarios, colaboradores y benefactores de esta organización no gubernamental, cuya misión es rezar, hacer denuncia profética y sostener pastoralmente a los cristianos en aquellos países en los que sufren persecución.
La celebración comenzó con una monición introductoria, a cargo del responsable del Departamento de Promoción de ACN, José Fernández Crespo, quien dio las gracias “por tanta generosidad material, tantas horas de trabajo desinteresado, tantas oraciones de corazón, tanta creatividad, tanta fe, tanta esperanza, tanto amor”.
“Señor, bendice a todos los benefactores y voluntarios de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Sigue devolviéndonos con el fruto común su generosidad y sigue bendiciéndonos con el testimonio, la fortaleza y la alegría de nuestros hermanos sufrientes, perseguidos y necesitados”, concluyó.
Este mismo mensaje de agradecimiento a la labor de ACN, marcó la homilía del obispo auxiliar, Mons. Avendaño, quien ofreció una profunda reflexión sobre la realidad de la Iglesia sufriente en el mundo. “Hoy más que nunca debemos alzar la voz por tantos cristianos perseguidos en el mundo”, proclamó con contundencia. “Más de 360 millones de hermanos viven su fe bajo la amenaza, la discriminación y la violencia”, recordó, aludiendo a países de Oriente Medio, Asia y África donde “los cristianos son víctimas de la guerra, del exterminio religioso y de gobiernos autoritarios”.
Durante la celebración, frente a la asamblea había un icono profanado en Siria, atacado durante la guerra al que se refirió también el auxiliar: “Es el icono de la Anunciación. Tiene varios impactos de bala y un balín incrustado”. “El testimonio de los cristianos en estos países nos deja sin palabras. Siguen celebrando la Eucaristía en secreto, educando a sus hijos en la fe, perdonando a sus perseguidores”.
El auxiliar subrayó también el carisma y la misión de AIN como respuesta de amor de la Iglesia a sus miembros perseguidos. “La ayuda a la Iglesia Necesitada sostiene comunidades enteras, reconstruye iglesias, forma seminaristas, apoya a sacerdotes y religiosos, acompaña a familias desplazadas, traduce la Biblia y financia programas de catequesis. Pero, sobre todo, genera un consuelo espiritual: les dice a nuestros hermanos perseguidos que no están solos”.
Mons. Avendaño evocó las raíces de esta fundación nacida tras la Segunda Guerra Mundial por iniciativa del padre Werenfried van Straaten, conocido como el “padre Tocino”. “Un trozo de tocino compartido se convirtió en un canal de comunión, de esperanza, de caridad cristiana hacia tantos hermanos que sufren por la fe”.
Con un tono cercano y agradecido, el obispo animó a todos a vivir la fe con autenticidad: “La vida cristiana sin cruz no es lo que enseña el Evangelio”, afirmó. Y concluyó recordando las palabras de una joven cristiana iraní: “Nos han quitado la casa, el trabajo, los libros, pero no nos pueden quitar a Cristo. Ese es el corazón del cristianismo. Cristo es el tesoro que no se puede robar”.
Antes de terminar la Eucaristía el auxiliar incensó el icono profanado en Siria y lo ofreció a la asamblea para su veneración después.
Para concluir, el director en España de ACN, José María Gallardo, también quiso dirigir unas palabras de agradecimiento, tanto al obispo auxiliar como a todos los colaboradores de la fundación presentes, para expresar su gratitud por estas seis décadas de servicio. “Gracias a Dios, fuente de todo bien, por haber sostenido durante 60 años la misión de Ayuda a la Iglesia Necesitada”, dijo. “Su generosidad ha sido y sigue siendo un verdadero milagro de comunión, de caridad activa y de fe hecha vida”.
Gallardo agradeció especialmente el apoyo recibido desde la diócesis de Getafe, destacando el cariño del obispo auxiliar, del clero local, del coro y de los voluntarios: “Gracias por cada oración, por cada donativo, por cada hora entregada en el anonimato. Gracias por haber hecho posible el consuelo, la esperanza y la luz del Evangelio para que llegue a tantos hermanos perseguidos, amenazados y empobrecidos a causa de su fidelidad a Cristo”.
El director animó a los presentes a renovar su compromiso con esta obra y con la Iglesia que sufre: “Hoy celebramos seis décadas como punto de partida, para que este aniversario renueve en todos nosotros el compromiso con la Iglesia viva, que sigue dando testimonio de Cristo en medio de tanto dolor”.
Y, recogiendo una frase citada por el obispo, concluyó: “Quedémonos con esa frase: 'a Cristo no nos lo pueden quitar'. Que siga siendo fecundo por muchos años más este camino de amor”.
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