17/07/2025. El vicerrector del Seminario mayor, Juan Gabriel Muñoz, presidió en la tarde del miércoles 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, la celebración del 89 aniversario del prodigio Eucarístico por el que dieciséis formas consagradas permanecen incorruptas en la parroquia San Millán de Moraleja de Enmedio.
Junto a él concelebró el párroco, Rafael de Tomás Ferrer, y estuvo acompañado de gran número de fieles que se acercaron desde distintos municipios de la diócesis a contemplar y venerar el prodigio Eucarístico, muchos de ellos nietos y bisnietos de quienes custodiaran las formas incorruptas durante la Guerra Civil.
En el transcurso de su homilía, el vicerrector del Seminario recordó que “frente a las herencias que dividen a las familias hay una herencia que une y congrega: un banquete que es Jesús mismo”. Hizo hincapié en dos tipos de herencias que se funden en una sola realidad: la fe y la historia. Subrayó cómo "Dios otorga el don de la fe", y cómo esa fe se ha vivido a lo largo de la historia, marcando también la historia personal de cada creyente.
En referencia al prodigio Eucarístico, Muñoz señaló que esta celebración es “la herencia de la Eucaristía”, en la que no solo participa la fe de quienes protegieron las formas en los años duros, “sino la historia profunda de todo un pueblo”. Recordó que entre los presentes había descendientes directos de quienes ocultaron las hostias durante la contienda.
Al evocar a la Virgen del Carmen, fiesta del día, afirmó que “la Madre nos dejó una herencia de fe en el monte Carmelo, vivida por aquellos que se retiraron para dedicarse a Dios pidiendo su amparo maternal”. Esa fe, continuó, “ha tenido repercusión en nuestra historia y en nuestra vida, y hoy seguimos beneficiándonos de esa protección”.
Finalmente, remarcó la importancia de no olvidar la herencia recibida y vivirla con agradecimiento, especialmente en torno a la Virgen y al misterio de la Eucaristía.
Un prodigio vivo, décadas de testimonio y devoción
El evento conmemorativo del 89 aniversario se enmarca en una devoción profundamente arraigada en Moraleja de Enmedio. Desde 1936, dieciséis de las veinticuatro formas consagradas han permanecido incorruptas, pese a la Guerra Civil, la humedad y el paso del tiempo. Las otras ocho han sido consumidas en distintos momentos de la historia.
Ese prodigio llevó al ritual de custodia en un copón transparente, sellado oficialmente en 2013 por el entonces obispo diocesano, Mons. Joaquín López de Andújar, quien confirmó: “Certifico que la forma que probé está como si estuviera recién hecha”
Desde entonces, la parroquia de San Millán se ha convertido en destino de peregrinaciones crecientes, impulsadas por testimonios de favores y gracias recibidas bajo la intercesión de la Virgen del Carmen y la presencia del Sacramento.
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