23/09/2025. La basílica del Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles ha acogido una Misa con motivo de la memoria de San Pío de Pietrelcina, presidida por el obispo, Ginés García Beltrán. En la homilía, ha recordado la vida, la espiritualidad y el legado del santo capuchino. La celebración ha reunido a numerosos fieles y sacerdotes vinculados a la devoción del Padre Pío.
Al inicio de la misa, el obispo expresó su agradecimiento a los presentes y dedicó un saludo especial a varios sacerdotes de la diócesis. Reconoció también la alegría personal de poder participar en esta cita: “Siempre estoy feliz de celebrar la Eucaristía, pero hoy lo estoy de manera especial porque nunca antes había podido compartir con vosotros esta fiesta del Padre Pío en la Basílica”.
Tres pilares del ministerio del Padre Pío
Durante su homilía, el obispo desgranó los rasgos más significativos del ministerio del santo: la Eucaristía, la misericordia y la dirección espiritual.
Sobre el primero, subrayó la centralidad de la misa en la vida de todo cristiano: “La Eucaristía es el gran tesoro que el Señor ha dejado a su Iglesia… cada vez que participamos en ella estamos en el cielo con un velo del misterio”. Y añadió: “Siento gran dolor cuando escucho que para ser cristiano no hace falta ir a misa. ¿Y tú de qué te alimentas, de qué vives, si teniendo un tesoro tan grande no lo aprecias?”.
En relación con la misericordia, destacó la labor incansable del Padre Pío como confesor, que atrajo a miles de fieles a lo largo de su vida. “Confesar da vergüenza –decía el Papa Francisco–, y es verdad. Pero precisamente en ese dolor de haber pecado se abre el camino a la misericordia de Dios”, recordó.
El tercer pilar que indicó fue la dirección espiritual, una necesidad tanto en la época del santo como en la actualidad: “Qué importante, queridos hermanos, que pidamos tener buenos directores espirituales al estilo del Padre Pío, que sepan escuchar en su corazón y llevar el alma a Dios”.
El sello de la cruz
El prelado insistió en que la vida del Padre Pío no se entiende sin la cruz, marcada tanto por los estigmas como por la incomprensión y las dificultades dentro de la propia Iglesia. “Posiblemente sin este sello de la cruz el Padre Pío no sería lo que es. La cruz es la garantía de su carisma y de su espiritualidad”, afirmó.
En este sentido, recordó que el sufrimiento y la oración fueron el camino de santidad para el fraile capuchino. “La oración es la fuerza, el golpe que nos lleva al corazón de Dios. Es la que nos acerca al Señor y nos introduce en el gran horizonte de su voluntad”, aseguró.
Ejemplo para los fieles
El obispo animó a los presentes a seguir profundizando en la figura del santo y a difundir su espiritualidad: “Os invito, como vuestro obispo, a que sigáis profundizando en la espiritualidad del Padre Pío y que la deis a conocer a otros, porque estoy seguro de que los santos, como modelos e intercesores, nos ayudan profundamente”.
La homilía concluyó con unas palabras de oración tomadas de un texto del propio Padre Pío: “Este corazón mío es tuyo, Jesús mío. Toma ahora mi corazón, llénalo de tu amor y después mándame lo que quieras”.
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