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El obispo auxiliar, D. José María Avendaño, presidió el pasado viernes 17 de marzo la eucaristía de clausura del bicentenario del nacimiento de la Madre Antonia María de la Misericordia, en la Casa de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, en Ciempozuelos, por ella fundada.

El auxiliar estuvo acompañado por el padre provincial Francisco Caballero, religioso redentorista, el arcipreste Israel Guijarro, el clero de la Parroquia Santa María Magdalena (Ciempozuelos), los fieles de la localidad y las hermanas de comunidades cercanas que se unieron para festejar esta efeméride.

El auxiliar, en su homilía, comenzó haciendo un recorrido histórico por la figura de la Madre María Antonia destacando “su espíritu de entrega” que empezaba ya a vislumbrarse desde la infancia y que se materializó en la orden de las Oblatas del Santísimo Redentor por ella fundada, cuya casa madre está en Ciempozuelos y que se extendió por el mundo entero.

“Madre Antonia era una joven muy espabilada, abierta a la cultura de ese momento, a la educación, con una sensibilidad exquisita y con una fe profunda” subrayó D. José María, añadiendo que “desde el mundo de la educación María Antonia llega a descubrir que hay mujeres en las periferias que necesitan de su ayuda, que se encuentran solas y abocadas a la prostitución”.

El auxiliar continuó relatando los hitos históricos de la vida de Antonia Mª de Oviedo y Schönthal, destacando que “el día  1 de Junio de 1864, en Ciempozuelos,  junto al P. Serra, inician la nueva aventura, abriendo la primera casa como espacio de acogida y esperanza para estas mujeres”.

El prelado relató como la Madre Antonia fue descubriendo cada vez con más intensidad la llamada de Dios a esta obra y dedica a ella todos sus recursos. Un proyecto que fue creciendo y que hace que en febrero de 1870 vista el hábito de la nueva familia religiosa de Oblatas del Santísimo Redentor, tomando el nombre de Antonia María de la Misericordia, expresión del carisma naciente que le lleva a expresar ante la realidad de las mujeres.

“Quiero que veáis en ellas la imagen del Redentor” recordó D. José María, añadiendo para concluir: “en este Bicentenario, en esta clausura, damos gracias a Dios por ella, porque ella apostó de una manera total por Cristo y fue un testigo valiente del Evangelio” concluyó el obispo.

Al final de la celebración, la Superiora General de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, Lourdes Perramón, también quiso dirigir unas palabras a todos, recordando todo lo vivido durante este año de celebración del Bicentenario y agradeciendo “el gran regalo que para la Iglesia, para la sociedad y para la familia Oblata, ha sido la vida y la obra de la Madre Antonia”.

Se puede ver la misa de clausura en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=REkPo0HT3N0