ordenados2016

La Parroquia Santa Maravillas de Jesús acogió el pasado fin de semana del 24 y 25 de marzo unas jornadas de iniciación y profundización en el camino catequético ‘Ven, sígueme’.

Fueron organizadas por la Delegación de Anuncio, Catecumenado y Catequesis con el deseo de dar a conocer y acompañar a los que ya lo han comenzado en sus parroquias. 

Contaron con la presencia de P. José Aurelio Jiménez HNSCC (Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús) y la colaboración de tres catequistas de la Parroquia San Carlos Borromeo (Villanueva de la Cañada), que compartieron la experiencia adquirida a lo largo de siete años

Asistieron 80 personas (catequistas, consagradas y sacerdotes) y todos pudieron experimentar cómo conforme se exponía la solidez del contenido del itinerario, la pedagogía adaptada a cada etapa del niño, la profundidad de la Palabra vivida en cada encuentro con la ayuda de unos materiales sencillos y bellos, sostenido por la experiencia de los que ya llevan varios años viendo los frutos en sus parroquias… la esperanza en los adultos asistentes fue creciendo. 

Explica María Barber, delegada de Anuncio, Catecumenado y Catequesis, que “el itinerario de catequesis ‘Ven, sígueme’ está pensado para niños de 5 a 11 años y responde a las exigencias del momento presente en la transmisión de la fe” 

“Tiene en cuenta la actual situación de secularización y da prioridad al encuentro creyente de la oración; ofrece un planteamiento catecumenal de la iniciación cristiana con un programa que mira a poner los cimientos de la vida cristiana y no a la sola recepción de un sacramento; y, remite a la enseñanza del Catecismo oficial de la Conferencia Episcopal Española ‘Jesús es el Señor’, ayudando a poner en ejercicio las cuatro dimensiones que deben estar siempre presentes en la catequesis (creer, celebrar, vivir y orar)” manifiesta.

Este camino catequético –subraya Barber-  viene a responder a la necesidad expuesta en el Directorio Diocesano para la Iniciación Cristiana “buscando que el niño pueda tener una experiencia de Jesús Resucitado a través de la mediación de la Iglesia” (nº44) y “en los lugares donde todavía no se ha llevado a cabo se irá haciendo un proceso de desescolarización del momento catequético. La disposición de la sala, el uso de materiales y la modalidad de transmisión de la fe deberá ir adecuándose para que no se identifique como una actividad escolar”.