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Hola amigos: es tiempo de misericordia y por esto quiero ofrecerles hoy una brevísima síntesis de la Bula ''Misericordiae Vultus'' con la que el Papa ha convocado el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
En ella el Santo Padre describe los rasgos más sobresalientes de la misericordia situando el tema, ante todo, bajo la luz del rostro de Cristo. La misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. La Bula se desarrolla en clave trinitaria y se extiende en la descripción de la Iglesia como un signo creíble de la misericordia: "La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia".
El papa Francisco, recupera la enseñanza de san Juan XXIII, que hablaba de la "medicina de la Misericordia" y del beato Pablo VI que identificó la espiritualidad del Vaticano II con la del samaritano. La Bula también explica algunos aspectos sobresalientes del Jubileo: primero el lema "Misericordiosos como el Padre", y a continuación el sentido de la peregrinación y sobre todo la necesidad del perdón.
El tema particular que interesa al Papa se centra en las obras de misericordia espirituales y corporales que deben redescubrirse "para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina".
Francisco trata también el tema de la relación entre la justicia y la misericordia, demostrando que no se detiene en una visión legalista, sino que apunta a un camino que desemboca en el amor misericordioso.
El deseo del Papa es que este Año, vivido también compartiendo con los hermanos la misericordia de Dios, pueda convertirse en una oportunidad para "vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de perdonarnos y nos repite siempre que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida.
En este Año Jubilar la Iglesia se debe convertir en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Que la Iglesia nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: '' Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos''.
Es tiempo de misericordia, ¿te atreves a recibirla y a ofrecerla? ¡Jesús Misericordioso te bendiga y la Virgen Santa te cuide! Amén.
Hola amigos: es tiempo de misericordia y por esta razón nos encontraremos semanalmente para profundizar sobre este insondable misterio de Dios.
Vamos por el principio: en la Celebración de la Penitencia, del 13 de marzo de 2015, el Santo Padre Francisco nos decía: “he pensado con frecuencia de qué forma la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual; y tenemos que recorrer este camino. Por eso he decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios.
Será un Año santo de la misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la Palabra del Señor: «Sed misericordiosos como el Padre» (cf. Lc 6, 36). Esto especialmente para los confesores: ¡mucha misericordia!”
Este Año santo se inició con la pasada solemnidad de la Inmaculada Concepción y se concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre.
Sigue diciendo Francisco: “Estoy convencido de que toda la Iglesia, que tiene una gran necesidad de recibir misericordia, porque somos pecadores, podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo. No olvidemos que Dios perdona todo, y Dios perdona siempre. No nos cansemos de pedir perdón.”
Es tiempo de misericordia. Santa Faustina Kowalska, “apóstol de la Divina Misericordia”, murió en 1938, y fue beatificada y canonizada por San Juan Pablo II, quien afirmó en la homilía de la canonización de sor Faustina, lo siguiente: “La luz de Divina Misericordia iluminará el camino de los hombres del tercer milenio”. El Papa Magno estableció el domingo segundo de Pascua como Domingo de la Misericordia. En nuestros días, el Papa Francisco ha hecho de la misericordia (como también de la ternura, de la cercanía y de otras manifestaciones de la caridad) el emblema de su pontificado.
Encomendemos este Año a Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de la Diócesis y del pueblo de Getafe, Ella es la Madre de la misericordia, para que nos mire con sus ojos llenos de amor misericordioso y nos cuide en nuestro caminar por el camino penitencial, a corazón abierto, para recibir la misericordia de Dios.
Es tiempo de misericordia, ¿te atreves a recibirla y a ofrecerla? ¡Jesús Misericordioso te bendiga y la Virgen Santa te cuide! Amén.