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Fernando García y su mujer, Victoria Pérez (Tory), son un matrimonio perteneciente a la Parroquia Santa Ana (Fuenlabrada) que pudo redescubrir su amor conyugal gracias al Movimiento Encuentro Matrimonial. Ambos están viviendo ahora la Semana del Matrimonio desde la propuesta que ha organizado la Delegación diocesana de Familia y Vida en colaboración con la Conferencia Episcopal Española.

Juntos y vinculados a su comunidad parroquial van a participar en el 'Encuentro Matrimonio y Familia' del día 19 de febrero y también en la renovación de sus promesas en la misa que se va a organizar en su parroquia, para la que se prepararán con el retiro propuesto por la Delegación de Familia a través de una aplicación.

Después de 40 años de casados, un hijo y dos nietas, su amor sigue “renovándose y fortaleciéndose día a día”, pero para ello cuentan con la ayuda, no sólo de la Delegación sino del Movimiento al que pertenecen: “vivir esta experiencia nos ayudó a encontrarnos con nosotros mismos, con el otro y con Dios” y “a tocar con fuerza nuestro sueño de ser felices y amarnos para siempre”.

Han podido descubrir  que su matrimonio es “un sacramento; la vocación y la misión a la que el Señor nos llama” y ponerlo al servicio de la Diócesis: “nos enriquece compartir con otros que viven los mismos valores y nos impulsa a seguir manteniendo viva nuestra relación y alimentarla con nuestro dialogo, escucha, aceptación, perdón”.

“Nos aporta fuerza para seguir anunciando que el matrimonio es la base de la familia y un pilar fundamental en la Iglesia y en la sociedad” añaden Fernando y Tory.

“Encuentro Matrimonial nos ayuda a vivir nuestra fe ya que solos no podríamos, pues Jesús para extender su obra pensó en la comunidad, lo que nos impulsa a ser iglesia misionera, en salida, que se construye haciendo visible el amor de Dios, a través del amor de los esposos” subrayan.

“Sentimos que Jesús camina con nosotros, que es quien nos sostiene, nos acompaña y nos da luz en nuestro camino y misión. Vivir nuestra espiritualidad matrimonial, mantener vivo nuestro carisma, luchar por vivir este estilo de vida nos ayuda a encarnar el Evangelio en la vida diaria” concluye este matrimonio diocesano.