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La Parroquia Santa Maravillas de Jesús (Getafe) acogió el pasado sábado 19 de febrero la celebración de las XXVIII Jornadas de Pastoral Obrera que, en esta ocasión, estuvieron centradas en el lema ‘Cristianas Obreras’ y que congregaron a una cincuentena de personas para hablar sobre la importancia de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. 

El encuentro, que contó con la presencia del vicario general, D. José María Avendaño, y del delegado de Pastoral Obrera, Rubén Mateos, se inició con la lectura del Evangelio según San Juan (4, 5-42), que relataba el encuentro con la Samaritana, y con unas palabras de ánimo por parte de Avendaño para que la Jornada sirviera como “anuncio de una sociedad más justa y separada de la lógica productivista”. 

A continuación, la encargada de centrar el tema, Maite Valdivieso, responsable de Pastoral Obrera de la Diócesis de Bilbao y miembro del Consejo asesor de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal, tomó el testigo y fue haciendo una exposición de la implicación de las mujeres cristianas en nuestro mundo, invitando a los asistentes a imaginar un mundo donde todas las personas disfruten de los mismos derechos y oportunidades. Un mundo en el que las mujeres participen en igualdad en las decisiones que afectan a su vida.

Maite fue disertando sobre las características de las mujeres cristianas obreras (multitarea, vocación, darse a los demás, bautismo, compromiso social, saber mirar a la gente con los ojos del corazón, labor en lo cotidiano…). 

A lo largo de la ponencia recordó a muchas mujeres vinculadas a la pastoral obrera de distintas formas y seguidoras del Evangelio de Cristo: Belén, (perteneciente al departamento de pastoral), Ana (Educación), Nerea, Marili (sindicalista), Felisa (mujer de Ramón Quintanilla), Ana Mari (Cáritas), Petri (militante de la HOAC en proyecto Hombre), Clarita (patronato Sestao, ex militante de la JOC y que sigue implicada en Cáritas), Carmela (acompañante de la JOC), Juncal y Mari Mar (Pastoral de la Salud), Txuki (trabajadora con jóvenes en piso de acogida), Marige (acompañante de mujeres migrantes), entre otras muchas mujeres que trabajan por el Reino de Dios.

Después del descanso, los participantes tuvieron tiempo de trabajar por grupos, y recordar, una vez más a mujeres cristianas obreras implicadas y llamadas por el evangelio (Gema, Lourdes, María Jesús, Secundina, Marta, Rocío, Mari Carmen, Chelo, Palmira, Cecilia, María, Pilar, Maruja, Maria Teresa, Ana, Teresa, Pepi, Isabel, Patxi, Sagrario...). 

Las personas asistentes se comprometieron a “ponerse las pilas” para dar visibilidad a las mujeres en los diferentes ámbitos de participación, (Iglesia, trabajo, barrios, escuela, hogar…). 

Entre otras ideas concluyeron que “la sinodalidad es una oportunidad para que las mujeres se vean y sientan necesarias; hay que eliminar prejuicios preestablecidos entre todas nosotras y nosotros; las mujeres son las que llenan la parroquia y realizan ‘trabajos invisibles’; hay que ser corresponsable y no “encasillar” en las tareas de la parroquia”.

La Jornada finalizó con la lectura de la oración ‘Dichosa la mujer’.