Los seminaristas del Seminario Mayor Nuestra Señora de los Apóstoles, en Getafe, celebraron el Día del Seminario el pasado 19-20 de marzo, visitando las parroquias diocesanas y compartiendo su testimonio vocacional con los fieles asistentes a las distintas eucaristías del fin de semana
Uno de ellos, Enrique Sebastián, alumno de cuarto curso, visitó la Parroquia San Saturnino (Alcorcón), para compartir cómo el Señor había ido guiando su vida a través de distintos acontecimientos a lo largo de su historia.
Recordó las palabras de su padre que le enseñó que Cristo está “siempre en la cruz esperando para amarnos con un amor que no tiene igual”.
Habló también de su paso por el Seminario menor de Rozas de Puerto Real y sus muchas negativas a Dios hasta que, en un viaje de estudios en Irlanda el Señor se volvió a encontrar con ÉL en la Catedral “allí estaba el Señor expuesto esperándome como siempre había estado, esperándome”.
A partir de aquel encuentro Cristo fue configurando su vida hacia el sacerdocio “como san José, como un padre, ofreciéndome una vida maravillosa digna de ser vivida”.
Desde la Orquesta Sinfónica de Malasia llamó el Señor a Javier Vacas, seminarista de sexto curso, músico de profesión y a quien Dios estaba llamando desde su infancia, primero en Ocaña y después en la Parroquia San Pascual, en Aranjuez.
“En una convivencia religiosa en Ocaña ya sentí que quería ser sacerdote, pero solo tenía 10 años y me dio miedo planteármelo más en serio. Fui dando rodeos y no entré hasta los 29 en el Seminario Mayor porque yo lo que quería era dedicarme a la música” explicó Javier.
“Gané una plaza de contrabajista en la Sinfónica de Malasia y cuando conseguí mi meta, mi sueño, una plaza fija en una buena orquesta, sentí un gran vacío interior. Justo lo que pensaba que me iba a hacer feliz no lo hizo y ese fue el paso para darle el sí al Señor que ya me había estado llamando desde mi juventud” explicó Javier.
Por su parte Miguel Ángel Rodea, también alumno de sexto curso y getafense de nacimiento, relató que, aunque desde pequeño ya era monaguillo e iba cultivando su fe, su encuentro definitivo con el Señor fue en Javier “uno de los empujones que me dio el Señor para entrar en el Seminario fue en una peregrinación a Javier, en una hora Santa. Fue ahí donde me di cuenta de que el Señor me quería para algo más”.
Día del Seminario: ‘Con la mirada puesta en el corazón de Dios’
https://www.youtube.com/watch?v=ajq3LAJhXsc
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