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Miles de devotos de todas las edades acudieron a la fiesta en honor de San Babilés el pasado domingo 29 de mayo, después de dos años de pandemia sin poder celebrarla.

La ilusión y la alegría fueron las notas características de la romería que acompañó a la imagen del santo desde la Parroquia San Cristóbal hacia el Complejo Deportivo Ángel Nieto, donde el párroco, Julio Rodrigo, presidió la eucaristía.

A la misma se unió el alcalde Javier Úbeda,  el viceconsejero de Universidades, Ciencia e Innovación de la Comunidad de Madrid, Fidel Rodríguez, concejales de los distintos partidos de Boadilla del Monte, la Policía local, la  Guardia civil y miembros de la Hermandad de San Babilés.

Rodrigo Peral señaló en su homilía que “recordamos a San Babilés aunque 1300 años nos separen de él, porque su historia nos recuerda que era un hombre bueno que llego hasta Boadilla para ayudar al pueblo, a sus gentes, cuando se encontraba en una situación difícil, en los primeros años de la invasión musulmana. La memoria de los hombres justos perdura por los siglos".

“Llegó hasta estas tierras para ayudar al pueblo, animarlo, para educar a sus hijos, sabiendo que podía costarle la vida, y entregándose con generosidad e ilusión” recordó el párroco de San Cristóbal.

San Babilés era un santo del que podemos decir “que estaba siempre ahí dispuesto a echar una mano donde se le necesitase y por eso su memoria perdura a través del tiempo”.

Después de la eucaristía los habitantes de Boadilla compartieron un tiempo lúdico festivo en el que se entregaron trofeos, placas, reconocimientos y medallas a los nuevos hermanos de la Hermandad de San Babilés y después disfrutaron de una magnífica paella popular.