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Una treintena de niños de diferentes parroquias de la Diócesis compartieron el pasado 24 de junio, solemnidad  del Sagrado Corazón de Jesús, un tiempo de adoración en el Cerro de los Ángeles, organizado especialmente para ellos por el rector de la Basílica, Javier Bescós.

Acompañados por sus familias, los pequeños se postraron ante Jesús Eucaristía con la intención  de consolar y reparar su corazón, adorando su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad. 

Señala Bescós que “los niños son los que mejor comprenden a Jesús y su Reino, los más cercanos a su corazón y los que mejor pueden consolarle”.

Una de las madres de los niños asistentes señaló, profundamente emocionada, que “la Adoración eucarística infantil es el tesoro escondido de la Iglesia” y recordó que “Jesús le dijo a la beata Berenguer que una hora de adoración delante de Jesús sacramentado es tan importante para Dios que multitud de almas que hubieran ido al infierno, van al cielo”.