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Internos y voluntarios del centro penitenciario de Valdemoro celebraron el pasado sábado 24 de septiembre a su patrona, la Virgen de la Merced, con una eucaristía  con el lema ‘María, mujer fuerte’.

La celebración, de marcado carácter festivo, estuvo preparada por los reclusos y los voluntarios de la Delegación diocesana de pastoral Penitenciaria  y presidida por el vicario general moderador de Curia, Javier Mairata.

Mairata estuvo acompañado por el delegado de esta área pastoral Pablo Morata, que también es capellán en el centro y del religioso Enrique Sanz Porras, que también acompaña espiritualmente a los internos.

En su homilía Mairata habló a los reclusos de un Dios cercano y misericordioso “quien también fue encarcelado, vituperado y zarandeado, que se mostró débil, y que ha vivido lo que vivimos nosotros, que se identifica con los más pobres, con los que más sufren”.

“Nosotros no tenemos un Dios que nos dice lo que hay que hacer, sino un Dios que ha pasado por  la debilidad, que no está lejos, sino que nos mira tan de cerca que ha vivido cada cosa que vivimos nosotros” señaló el vicario.

El sacerdote subrayó cómo en nuestra sociedad se exige ser fuerte y no mostrar la debilidad pero en la lectura de San Pablo, el apóstol presume de sus debilidades y explicó “porque San Pablo ha descubierto que su fuerza reside en el Señor. No en lo que hago o digo, o en lo que tengo, sino en Dios”.

Para finalizar, el vicario general moderador de Curia invitó a los reclusos a buscar la mano de su Madre, la Virgen María “porque cuando uno es débil o se siente débil, recurre a su madre”.

“En María encontramos la fuerza que necesitamos. Ella es la mujer fuerte que nos da la mano” insistió, añadiendo “nuestra Madre, la Virgen de la Merced, nunca os va a dejar solos. Por muy oscuro que esté, ella nos dice que siempre se verá la luz y vendrá un nuevo día”.