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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, presidió el pasado domingo 20 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey, la inauguración de la sexta capilla de Adoración Eucaristía Perpetua (AEP) de la Diócesis, en una concurrida ceremonia que tuvo lugar en la Parroquia San Esteban Protomártir, en Fuenlabrada.

El prelado estuvo acompañado por el arcipreste y párroco, Alfonso Fernández Cupeiro y por un gran número de sacerdotes de la localidad.

En el acto participaron también los adoradores de Fuenlabrada que mantendrán esta capilla abierta día y noche, todo el año, y otros muchos que rezan ante el Santísimo expuesto en las otras capillas de la Adoración Perpetua que hay en la Diócesis: Alcorcón, Getafe, Leganés, Móstoles y Valdemoro. También acudieron a la cita los miembros de las Hermandades que hay en la localidad en un gesto de unidad.

El prelado en su homilía subrayó la importancia del acto que se estaba viviendo: “un acontecimiento que nos llena de alegría, la inauguración de la sexta capilla de la Adoración Perpetua que hay en nuestra Diócesis. Un milagro que ha surgido por la Gracia de Dios que ha suscitado adoradores que quieran acompañar al Señor cada momento del día y del empeño de los sacerdotes y fieles fuenlabreños”.

“Una Capilla de la AEP es un acontecimiento en el mundo secularizado en que vivimos hoy. En medio de esta ciudad, donde todo el mundo corre y busca su propio interés, en el corazón de Fuenlabrda va a estar el Señor. Esto es un acontecimiento” señaló D. Ginés.

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“Lo que no somos capaces de calcular son los frutos de santidad que esto va a dar, y los dará sin lugar a duda, porque allí donde se adora al Santísimo los frutos son evidentes, grandes” continuó. 

“¡Cuantos adoradores a lo largo de los días, meses y años van a pedir al Señor, van a presentar al Señor nuestras necesidades, van a pedir al Señor por aquellos que no lo conocen, por aquellos que no creen en Él e incluso por aquellos que lo rechazan! Para que el Señor toque el corazón de todos los hombres, para que la alabanza a Dios no se acabe ni por un momento en esta ciudad de Fuenlabrada” remarcó.

Después de la eucaristía tuvo lugar la procesión por las calles de Fuenlabrada con el Santísimo bajo palio hasta la Ermita de Belén, donde el prelado realizó la bendición y donde quedó expuesta la custodia con la sagrada Eucaristía para ser adorada a partir de ese momento de manera perpetua.