La Parroquia San Juan de Dios (Getafe) acogió la XXVII edición del Festival de la Canción Misionera que se celebró el pasado sábado 10 de junio y que volvió a reunir a niños y jóvenes misioneros, cantantes y compositores, bajo el impulso de la Delegación diocesana de Misiones y de Cristianos sin Fronteras (CSF).
El encuentro contó con la presencia del párroco y actual delegado de Misiones, Juan José Alonso Somalo, que saludó al gran número de asistentes entre los que se mezclaban niños, jóvenes, familias, catequistas y profesores de religión, les dio la bienvenida y los invitó a comenzar con la oración de Infancia Misionera de este año.
Actuó como animador de la tarde el periodista getafense José Beltrán, director de la revista Vida Nueva, miembro de CSF y colaborador de la Delegación diocesana de Misiones que puso al servicio de la causa su buen hacer, cariño y experiencia.
Seguidamente, se proyectó un breve video donde el Papa Francisco insistía en la importancia de 'Soñar a lo Grande', lema del Festival de este año.
Las actuaciones de los distintos grupos fueron muy variadas. Los asistentes tuvieron la oportunidad de ver al grupo de la Parroquia de la Asunción, de Brunete, que no pudo asistir pero que envió el video de su canción, y pudieron escuchar un testimonio misionero que llegó en forma de canción desde el Juniorado del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, de Getafe.
Varias "junioras" de India se animaron a cantar en el Festival. En este país las religiosas calasancias están presentes trabajando al lado de los más pequeños y pequeñas para darles un futuro a través de la educación. Así es como hacen realidad el carisma de entrega del padre San Faustino Míguez, fundador del Instituto.
Relata Toñi Pardo, secretaria de la Delegación de Misiones, que "las voces de las "junioras" fueron del gusto de todos los asistentes y conjuntadas con el bello color de su atuendo".
"El encuentro fue de lo más participativo y animado" explica Pardo, y añade que "es importante que estas convocatorias sigan adelante para incentivar el espíritu misionero en los más pequeños".
El festivo acto concluyó con unos refrescos en el exterior del templo.
