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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió  la ordenación de presbíteros de Rafael Marina e Ignacio Ruiz el pasado domingo 19 de marzo -fiesta de San José y Día del Seminario– en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles. En la misma ceremonia fue ordenado diácono Miguel Ángel Rodea.

El prelado estuvo acompañado por el obispo auxiliar de Getafe, D. José María Avendaño; el obispo emérito, D. Joaquín María López de Andújar; el auxiliar de Toledo y Secretario General de la CEE, D. César Magán; el vicario general moderador de Curia, Javier Mairata; los vicarios episcopales; el canciller secretario; el rector  de la Basílica y del Seminario, y un centenar de sacerdotes que se trasladaron desde sus parroquias para acompañar a sus nuevos hermanos en el ministerio.

En una Basílica completamente llena de fieles, y embellecida por las voces del coro diocesano y las notas de una representación de la orquesta, el prelado comenzó su homilía invitando a los ordenandos a imitar el ejemplo de obediencia de San José:“la obediencia es una clave para entender la figura de José en la historia de la salvación” (…) “el Evangelio presenta a José como el hombre justo, y era justo porque buscaba ajustarse a la voluntad de Dios en todo”.

García Beltrán continuó subrayando el ejemplo de la figura de San José como modelo de paternidad: “los sacerdotes ejercemos una paternidad en el pueblo de Dios. El pueblo nos mira y espera que seamos verdaderamente padres en la acogida y en el cuidado, en la enseñanza y la guía en medio del mundo”.

“Este corazón de padre nos llama al cuidado del pueblo que el Señor nos ha confiado. Es necesario que cuidemos a los niños, a los jóvenes, a las familias, a los ancianos y a los enfermos, y con un cuidado especial, a los pobres” señaló el obispo animándoles también a ser “testimonio de esperanza en el corazón de la sociedad”. 

“Una palabra, la escucha, la cercanía, el Evangelio predicado también con las obras, es un grito de esperanza en medio de un mundo herido, que busca sin saber muy bien lo que busca, que cree que progresar es avanzar hacia adelante olvidándose de la profundidad. Un sacerdote ilusionado, lleno de Dios y de pasión por evangelizar, es el signo de esperanza que esperan los hombres, nuestros hermanos, aunque muchas veces parezcan rechazarnos. Sed, seamos, queridos hermanos, ministros de esperanza” animó.

Por último recordando el Día del Seminario, D. Ginés animó a los jóvenes a seguir respondiendo a la llamada del Señor “necesitamos jóvenes llenos de Dios”,  y agradeció a la institución diocesana su cuidado de las vocaciones encomendando a todos a la Virgen, Nuestra Señora de los Apóstoles.

Se puede leer la homilía completa en el siguiente enlace: https://www.diocesisgetafe.es/index.php/obispo/cartas-del-obispo/8746-homilia-en-la-ordenacion-de-presbiteros-diaconos