·         La Diócesis de Getafe celebra mañana sábado su Jornada de Pastoral Penitenciaria en la que participarán una veintena de presos de las cárceles de Aranjuez, Navalcarnero y Valdemoro, junto a familiares, capellanes y voluntarios

·         Contará con la presencia de la psicóloga María Yela, que aportará soluciones a las distintas problemáticas carcelarias

·         La Delegación de Pastoral Penitenciaria gestiona dos pisos en Leganés y en Alcorcón y un centro en Casarrubuelos destinados a la acogida de expresos

Getafe 28 de abril de 2017. La Delegación de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Getafe reunirá mañana sábado 29 de abril a una veintena de reclusos de segundo y tercer grado de las cárceles de Valdemoro, Aranjuez y Navalcarnero para analizar, con la ayuda de una psicóloga, los problemas a los que se enfrentan los presos cuando obtienen permisos o la libertad y deben salir a la calle.

Los reclusos estarán acompañados en esta jornada, que tendrá lugar en la Casa de Espiritualidad Rivotorto (Los Molinos), por sus familiares, por los capellanes de los tres centros penitenciarios y por voluntarios de prisiones.

Bajo el lema ‘Y después de la cárcel, ¿qué?’, durante esta actividad se compartirán testimonios y se ofrecerán soluciones a la situación de estas personas a través del asesoramiento de la psicóloga María Yela, especialista en análisis de situaciones carcelarias.

Además de esta jornada, la Delegación de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Getafe, dirigida por el sacerdote D. Pablo Morata, pone a disposición de los reclusos con permisos de fin de semana o en libertad –condicional y total-  un piso con siete plazas en Alcorcón, otro con cuatro en Aranjuez y el centro de acogida Isla Merced, en Casarrubuelos, con capacidad para 20 personas.

Entre los problemas más graves a los que se enfrentan los expresos, según señala María Yela, está la búsqueda de un empleo digno, para lo cual la Diócesis también ofrece talleres y cursos formativos impartidos por alguno de los 50 voluntarios que colaboran con la pastoral de las cárceles.

A éstos se suman otros 70 voluntarios que dedican su tiempo y su esfuerzo de manera altruista y generosa a evangelizar, a apoyar y a ayudar a una población reclusa de casi 4.000 personas que cumplen condena en los tres centros penitenciarios de territorio diocesano.

Los fondos para sostener los pisos provienen, entre otros, del Obispado de Getafe, de los donativos de algunos particulares, de las suscripciones periódicas, de la ayuda de las madres carmelitas de San Martín de la Vega y de campañas organizadas desde la Iglesia diocesana.