Dieciséis sagradas formas se conservan intactas desde 1936

• El obispo diocesano presidirá el domingo 16 de julio, a las 11.00 horas en la Parroquia San Millán, la celebración del 81º aniversario de este acontecimiento
• Las hostias se han conservado incorruptas y con buen sabor a pesar de la Guerra Civil, la humedad y los traslados
• Por medio de las sagradas formas se han realizado varios hechos considerados milagrosos por los habitantes de Moraleja de Enmedio

Getafe, 14 de julio de 2017.- El obispo de la Diócesis de Getafe, D. Joaquín María López de Andújar, presidirá el próximo domingo 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, la conmemoración del 81º aniversario del prodigio que ha mantenido incorruptas 16 formas consagradas desde la época de la Guerra Civil en la localidad de Moraleja de Enmedio. El prelado presidirá ese día una eucaristía en la Parroquia San Millán (Moraleja de Enmedio) a las 11.00 horas, para celebrar este acontecimiento histórico.

Las hostias, 24 en un principio, fueron escondidas en un copón al inicio de la Guerra Civil por el sacerdote D. Clemente Díaz, párroco entonces de Moraleja de Enmedio, en la casa de Dña. Hilaria Sánchez, esposa del secretario municipal, pensando que allí se encontrarían a salvo.

Ocho días después se trasladaron a la bodega de Dña. Isabel Zazo, una feligresa perteneciente a las ‘Marías de los Sagrarios’, donde el copón permaneció más de 70 días enterrado a 30 centímetros de profundidad.

A finales de octubre de 1936, las fuerzas republicanas ordenaron evacuar Moraleja de Enmedio y los vecinos obedecieron, no sin antes desenterrar el pequeño copón. Lo encontraron completamente oxidado debido a la humedad, pero las 24 formas originales estaban en perfecto estado de conservación.

Se eligió un nuevo lugar para guardar las hostias y se colocó el copón entonces en una viga del tejado de la misma casa, donde permanecieron incorruptas hasta que las tropas del bando nacional entraron en la zona y los moralejeños pudieron regresar a sus hogares.

Las formas fueron trasladadas a otro lugar de la casa y quedaron vigiladas por las mujeres del pueblo.

Quince días más tarde llegaron a Moraleja dos sacerdotes, capellanes castrenses de un tercio de requetés, quienes, informados de la existencia de este prodigio, trasladaron las formas en procesión desde la casa hasta la escuela. Comulgaron con dos de ellas y se quedaron con una tercera al comprobar que su sabor seguía siendo bueno cuatro meses después de su consagración.

Desde ese momento, las formas están en un copón lacrado en el sagrario de la Parroquia San 

Millán y se han consumido otras cinco hostias en ocasiones muy especiales, según cuenta el actual párroco, D. Jesús Parra.

“Permanecen en perfecto estado. Por eso, los lugareños hablan de milagro eucarístico, aunque la Iglesia aún no se ha pronunciado al respecto y por ese motivo es más correcto usar el término ‘prodigio’ para referirse a este acontecimiento”, añade.

Parra declara que “los habitantes de Moraleja creen fervientemente que, al haber protegido las formas durante la guerra, el Señor les ha amparado durante su vida, y hay ya varios acontecimientos que lo demuestran. Uno de ellos ocurrió en el año 1936, cuando dos bombas cayeron a los lados en el pueblo y ninguna de las dos, inexplicablemente, explotó”.

“Se han dado otros hechos milagrosos, como la salvación de un bebé prematuro que tuvo que ser operado dentro de una incubadora y la de una niña que iba a nacer sin extremidades y llegó a la vida perfectamente”, explica el padre Parra.

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Paloma Fernández / Gonzalo Castillero
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