obisposliminawebEl lunes 3 de marzo ha concluido la visita ad limina del Obispo de Getafe, Mons. D. Joaquín María López de Andújar y Cánovas del Castillo, a la que ha acudido acompañado de su Obispo Auxiliar, Mons. D. José Rico Pavés, y de los dos Vicarios Generales de la Diócesis, D. José María Avendaño y D. Javier Romera.


En Audiencia concedida a todos los obispos de la Conferencia Episcopal Española, el Papa Francisco ha escuchado las palabras de agradecimiento del Presidente de la CEE, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. D. Antonio Mª. Rouco Varela, y ha impartido la bendición apostólica a los obispos y a los fieles de sus diócesis, entregándoles por escrito un discurso en el que les ha invitado a ponerse al frente de la renovación espiritual y misionera de las Iglesias particulares, como hermanos y pastores de los fieles, así como de los que no lo son o lo han olvidado.
 
En tiempos en los que se está sufriendo la dura experiencia de la indiferencia de muchos bautizados y de una cultura mundana que arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del ámbito público, el Santo Padre ha pedido a los obispos españoles no olvidar su historia. “No quiero que ahorréis esfuerzos para abrir nuevos caminos al evangelio” –les ha dicho el Papa-, pues el momento actual “exige poner a vuestras iglesias en un verdadero estado de misión permanente, para llamar a quienes se han alejado y fortalecer la fe, especialmente en los niños”.
 
Días antes, el viernes 28 de febrero, el obispo de Getafe y su obispo auxiliar, fueron recibidos por el Papa junto a los demás obispos de las provincias eclesiásticas de Madrid y de Valencia. En un encuentro cordial y entrañable, el Santo Padre escuchó las inquietudes de los obispos haciendo suyas las preocupaciones y los motivos de esperanza. El Papa se mostró muy preocupado al escuchar algunos datos de la situación actual de secularización que vive España, como el terrible número de abortos, desde que se aprobó la primera ley de despenalización en 1985 hasta nuestros días, o las consecuencias dramáticas para las familias, los matrimonios, los niños y los jóvenes, de la creciente difusión de la ideología de género.
 
El Sucesor de Pedro se interesó por las vocaciones sacerdotales y consagradas, por la situación de obras apostólicas impulsadas por Institutos religiosos, como los Colegios católicos de religiosos que hoy carecen de vocaciones, y por la atención a los ancianos y los jóvenes, sacudidos en un porcentaje tan elevado por el drama del desempleo. El Papa Francisco invitó, en fin, a los obispos a “cambiar de lugar” entre el pueblo que le ha sido confiado, estando unas veces al frente para guiar, otras veces detrás para recoger a los rezagados, y siempre en medio para acompañar desde la cercanía. Citando un sermón de san Cesáreo de Arlés, el Papa recordó que el obispo ha de dejarse “hociquear por el pueblo”, como el ternero hociquea las ubres de la madre buscando su alimento. El trato cercano con el pueblo de Dios permitirá al obispo conocer en cada momento lo que los fieles necesitan. 

 


La visita ad limina ha contado también con momentos de peregrinación a las cuatro basílicas mayores y con la celebración conjunta de la Santa Misa por parte de los obispos en dos de ellas, San Juan de Letrán y San Pedro.